Quebec vs el resto de Canadá. Michael Mansilla

16.02.2025

Hasta los años 70, Montreal era la metrópolis financiera y económica de Canadá. El inglés era el idioma de los negocios, mientras que el francés predominaba en los hogares y en las escuelas bilingües. Sin embargo, los quebequenses no se beneficiaban en absoluto de esta situación.

En Quebec, especialmente en ciudades como Montreal, los francófonos fueron excluidos del desarrollo económico de la provincia, ya que solo los anglófonos tenían acceso a buenos empleos y, en consecuencia, a la movilidad social. Hasta mediados de la década de los setenta, los francófonos en Quebec ganaban un 35 % menos que los anglófonos, y el 80 % de los empleadores eran anglocanadienses, lo que generaba un ambiente laboral hostil para la población francófona. Como resultado, los francófonos solo tenían acceso a trabajos de bajos ingresos. Además, el número de angloparlantes aumentaba constantemente debido a la llegada de migrantes de otras provincias atraídos por el próspero Quebec. La situación llegó a tal punto que muchas circunscripciones escolares de mayoría anglófona eliminaron el inglés como parte de la educación bilingüe. 

La única forma en que un francófono podía acceder a un buen empleo era a través de la asimilación a la cultura anglocanadiense. 

Desde la rebelión de 1837, los francófonos en todo Canadá, y no solo en Quebec, han estado subordinados a estructuras políticas y gubernamentales donde el inglés ha sido claramente predominante. El Acta de la Unión de 1840 y la creación de la Confederación en 1867 generaron un profundo malestar en la población francófona de Canadá, especialmente en las provincias de Ontario, Nuevo Brunswick y Manitoba. La hegemonía anglófona en la política y la economía preocupaba a los francófonos de estas provincias, quienes, frente a un posible proceso de asimilación, veían su lengua y su cultura en riesgo. Muchos temían seguir el mismo destino que los francoparlantes en los Estados Unidos, donde el francés prácticamente desapareció. 

 

Ante esta situación, tras un complejo y tenso proceso legal en la década de los setenta, el Partido Quebequense promulgó la Ley 101 en 1977, estableciendo el francés como la única lengua oficial de la provincia.

La nueva legislación determinó que el francés sería el único idioma oficial del gobierno y los tribunales, así como el único permitido en el ámbito laboral, educativo, comercial y empresarial en todo Quebec. Además, la ley modificó el sistema educativo de la provincia, imponiendo severas restricciones en el acceso a la educación pública en inglés. Los inmigrantes y un amplio número de anglófonos, por ejemplo, quedaron legalmente obligados a cursar la primaria y la secundaria exclusivamente en francés. Se creía que esta medida fomentaría una mayor inclusión de los franco-canadienses en el mercado laboral. 

Sin embargo, las cosas no salieron como se esperaba. Muchas empresas optaron por trasladarse a Toronto, en la provincia de Ontario, que con el tiempo se convirtió en la ciudad más grande y en el centro económico de Canadá. 

Después de casi 50 años de la implementación de esta ley, se puede llegar a la conclusión que, al menos hoy en día, la Ley 101 fomenta e intensifica la discriminación lingüística - incluso cultural y étnica - contra los anglófonos y contra otras minorías en la provincia de Quebec. Esta ley, cuya naturaleza inaugural reivindicó los derechos de la población francófona de Quebec, terminó siendo una vendetta cultural contra las comunidades anglófonas de la provincia, especialmente aquellas en la ciudad de Montreal.

El problema no es que exista una ley que si le permita al gobierno provincial defender el legado cultural y lingüístico de los francófonos en Quebec. El problema es que la Ley 101 no le permite ni al gobierno provincial ni a la sociedad quebequense entender y, además, comprender la diversidad cultural y etnolingüística de la provincia, puesto que históricamente, los francófonos no han sido los únicos que han habitado el territorio que hoy se conoce hoy como Quebec.

Esto es preocupante, puesto que, a medida que pasaron las décadas, la Ley 101 normalizó y legitimó la idea de que los franco-quebequenses son la única cultura auténtica y genuina de Quebec. Paulatinamente, muchas comunidades no francófonas de Quebec, como los anglófonos y los pueblos indígenas, fueron perdiendo espacios en la sociedad, en la cultura, en la economía y en la política, espacios que de por sí, especialmente para los indígenas, ya eran bastante pequeños priori a la adopción de la Ley 101.

Inmigración.

Según una investigación de Víctor Armony, profesor de sociología de la Universidad de Quebec en Montreal (UQAM), dentro de la política canadiense de atraer inmigrantes, el Canadá anglófono y Quebec francófono tienen una cuota anual. El Imperio Británico dejó su impronta en medio mundo: India, Nueva Zelanda, Australia, Irlanda, Sudáfrica y Rodesia blanca; actualmente también, los británicos que huyen del Brexit y se suma una amplia variedad de insulares caribeños. Aunque el mayor aportante son sus vecinos venidos del sur: Estados Unidos. Todos trabajadores calificados y universitarios.

En cambio, la potencia francesa dejó un rastro de estados fallidos, básicamente en África. Los migrantes más cercanos provienen de las Pequeñas Antillas Francesas en cuentagotas. Nadie quiere abandonar el "estado de bienestar francés" y mudarse al congelador canadiense. Queda el francófono Haití. Solo emigran hacia la provincia de Quebec alrededor de 700 personas desde la Francia metropolitana.

Y aunque la persona sea adecuada, lo primero que se toma en cuenta al ofrecer un trabajo es el color de piel. Los quebequenses son racistas.

Aunque la provincia canadiense de Quebec se ha convertido, al menos en los últimos veinte años, en uno de los receptores más importantes de inmigración latinoamericana, la creación de programas de inmigración que benefician a jóvenes profesionales y la implementación de la "categoría económica" han brindado a un incontable número de latinoamericanos la oportunidad de escapar de la angustiante realidad de sus países de origen y emigrar a este país norteamericano en busca de una mejor calidad de vida. Pero los trabajos que se ofrecen son especialmente en la agricultura, pesca, minería o servicios básicos gastronómicos, limpieza o recolección de residuos los trabajos pesados que los nacionales no realizan.

 

Se encontró que, en todas las regiones de Quebec, los anglófonos tienen más probabilidades que los francófonos de vivir por debajo de la línea de pobreza. En este estudio, los anglófonos se definen como aquellos cuyo primer idioma oficial hablado es el inglés, lo que incluye a un número de inmigrantes y personas de diversas comunidades étnicas. En general, los quebequenses cuya primera lengua no es ni el inglés ni el francés (como el castellano) son los que tienen más probabilidades de vivir en la pobreza.

Muchos son inmigrantes recientes y tienden a concentrarse en Montreal. En Montreal, el 9,7 por ciento de los inmigrantes están desempleados, en comparación con el 8 por ciento de los anglófonos y el 6 por ciento de los francófonos. Los desempleados tienden a gastar una mayor proporción de sus ingresos en necesidades básicas: vivienda, comida y ropa. Los inmigrantes y los canadienses anglófonos están por debajo de una barrera de ingresos o, tomando en cuenta el menor costo de vida, los anglófonos y los inmigrantes todavía caen por debajo de las líneas de ingresos más bajos con más frecuencia que los francófonos en Quebec. Otros factores, entre ellos la edad, el desempleo, la etnia y la región, también influyen.

 

Asimismo, las minorías en Quebec siguen rezagadas en lo político, en lo económico y en lo social. Los anglófonos, por ejemplo, no representan ni siquiera el 1 % de los trabajadores públicos en Quebec, y las minorías étnicas solamente representan el 7,6 % del total de trabajadores del sector público en la provincia, mayormente en las reservas indígenas. Frente a esta situación, además de otras serias acusaciones de discriminación, el gobierno de Quebec creó un ministerio contra el racismo. Este ministro, no obstante, es un blanco francófono.

De igual forma, para dar una idea general de la participación de las minorías en las altas esferas del poder, de los veintisiete ministros que tiene Quebec en este momento, solamente dos pertenecen a una minoría étnica o lingüística. Lo que preocupa en estos momentos en Quebec es que incluso el gobierno federal canadiense ha abandonado a las minorías en Quebec y ha decidido, por beneficio electoral, apoyar el proyecto unicultural de los franco-nacionalistas. En Quebec, el multiculturalismo y el "woke" se enfrentan al nacionalismo católico franco-quebequense, que ha venido adelantando desde la década de los setenta una agenda unicultural que viola varios principios de la democracia liberal.

 

Una frase que se repite desde hace décadas es que Quebec es una "Alabama del norte", donde gobernaba una élite blanca supremacista. Este comentario u otros similares en Quebec causaron un gran malestar en los sectores soberanistas y franco-nacionalistas de la provincia, como el Bloque Quebequense y el Partido Quebequense. Frente a esta intrépida aclaración, varios partidos políticos, desde el Partido Liberal hasta el Nuevo Partido Demócrata, cerraron de tajo en la Cámara de los Comunes cualquier iniciativa de debate sobre el racismo institucional en Quebec. Esto se ha vuelto costumbre en Canadá, puesto que el partido de gobierno -sea el Partido Liberal o el Partido Conservador- prefiere ignorar la realidad de las minorías en Quebec antes que perder los votos de los quebequenses, quienes representan un gran número de votantes en las elecciones provinciales de Quebec y en las federales.

 

Este marco teórico pluralista es de extrema importancia, visto que, a pesar de que los anglo-quebequenses son exteriorizados en Quebec como blancos rodesianos (Zimbabue) y los francófonos como la minoría oprimida de Canadá, estas leyes que crean asimetrías en la provisión de derechos en Quebec han causado un gran deterioro de las comunidades no francófonas. En las últimas cuatro décadas, por ejemplo, cientos de miles de anglófonos se han ido de Quebec hacia otras provincias de Canadá o hacia los Estados Unidos, y más de la mitad de las escuelas anglófonas de la provincia han cerrado, lo cual menoscaba la posibilidad de las comunidades anglófonas de crecer y perdurar.

 Lejos de la zona de confort: trabajar fuera de Quebec.

La economía de Quebec es bastante pequeña. El valle y estuario del río San Lorenzo localizan a casi la totalidad de sus 8 millones de habitantes. Algunos oficios o profesionales tienen mejores oportunidades laborales fuera de la provincia. Saliendo de su zona de confort, los francocanadienses de Quebec se enfrentan a la anglo normatividad.

Inseguridad lingüística y la anglo normalidad.

Desde hace varios años, el concepto de inseguridad lingüística se da en las comunidades minoritarias francófonas de Canadá. Es una especie de asimilación impuesta dentro de una "anglonormatividad". Los francófonos se sienten inseguros al expresarse en francés. El fenómeno de la inseguridad lingüística va de la mano de la poderosa fuerza asimilacionista que constituye una amenaza igualmente significativa para las comunidades francófonas de Canadá. La anglonormatividad hace del inglés la norma en la comunicación.

 

El fenómeno es real. Las comunidades francófonas deben enfrentar manifestaciones como el clasismo, racismo y capacitismo que marginan a algunas personas que no son bilingües. Esto provoca que los trabajadores y estudiantes sean reacios a hablar francés, pasándose al inglés por necesidad y perdiendo su cultura.

Las variantes del francés, como el acadiense, el de Chiac, el de Manitoba o el de Columbia Británica, incluso ya se consideran como lenguas en peligro de extinción.

La Anglonormatividad.

La anglonormatividad, por otro lado, es un "sistema de estructuras, instituciones y creencias que marca al inglés como la norma". Según Alexandre Baril, profesor de trabajo social, la anglonormatividad es el criterio por el cual se juzga, discrimina y excluye a las personas que no hablan inglés. En un contexto anglonormativo, el francés se percibe como una transgresión del orden natural de las cosas, un intruso que debe ser reprimido y silenciado, a veces con abierto desprecio y hostilidad. Se trata de la dominación sistémica del inglés en un entorno que margina a quienes no son angloparlantes o anglófilos. No es un problema de individuos concretos, sino de una estructura de poder ligada a la lengua mayoritaria. En Canadá, la anglonormatividad es la fuente de la francofobia.

Por ejemplo, en Quebec, un empleado del gobierno federal testifica que la persona que supervisa su trabajo y el de sus colegas no se siente lo suficientemente cómoda en su idioma oficial. Otro funcionario público señala que su primera lengua oficial no se utiliza con frecuencia en su lugar de trabajo.

Fuera de la provincia, se manifiesta incluso un comportamiento discriminatorio hacia la minoría lingüística francófona: "Si utilizo mi primera lengua oficial (el francés), la gente pensará que soy un alborotador", afirma otro empleado del servicio público.

En última instancia, en un entorno laboral donde los puestos de poder están ocupados por personas que no hablan francés, es el instinto de supervivencia lo que impide, por ejemplo, que un francófono en una posición laboral precaria haga valer sus derechos lingüísticos.

Quebec.

La provincia de Quebec necesita una estructura legal, cualquiera que sea, para proteger el legado cultural y lingüístico de los francófonos, pero que, al mismo tiempo, reconozca que Quebec no es una pizarra en blanco donde solo existen francoparlantes. Por esta razón, Quebec necesita una ley que también haga sentir a las comunidades no francófonas que su cultura es igualmente válida y que Quebec es también su hogar. Muchas minorías, desde los judíos hasta los afrocaribeños, han contribuido enormemente en la música, las artes, la cultura, la literatura, la academia, los deportes y la economía de Quebec.

Por ende, la protección de la cultura y la lengua de los franco-quebequenses no puede lograrse a costa de los derechos de los anglófonos, los pueblos indígenas y las minorías sociales, quienes han contribuido significativamente a la construcción de lo que hoy es Quebec.

Disminución en el uso del francés.

La disminución del uso del francés en Canadá es un tema de preocupación, especialmente en la provincia de Quebec y en comunidades francófonas fuera de esta región. Algunos factores clave que explican esta tendencia.

Canadá recibe una gran cantidad de inmigrantes, la mayoría de los cuales provienen de países donde el inglés es más útil como segunda lengua. La tasa de natalidad en comunidades francófonas es más baja que en las comunidades anglófonas e inmigrantes, lo que reduce la proporción de francoparlantes en el país.

Influencia del Inglés

El inglés es el idioma dominante en el comercio, la tecnología y la cultura popular en Norteamérica, lo que lleva a una mayor exposición y adopción del idioma. En las provincias fuera de Quebec, muchas comunidades francófonas están en minoría y enfrentan la asimilación lingüística con el inglés.

Influencia del Inglés. 

En Quebec, aunque hay leyes como la Ley 101 (Carta de la Lengua Francesa) que protegen el francés, muchas empresas exigen el bilingüismo, favoreciendo el inglés. En otras provincias, los empleadores a menudo priorizan el inglés como idioma principal de trabajo.

Aunque hay escuelas de inmersión en francés en varias provincias, muchas familias optan por programas en inglés por razones prácticas y laborales. Los jóvenes francófonos a menudo prefieren consumir contenido en inglés, lo que afecta su uso cotidiano del francés. Según el censo de Canadá de 2021, el porcentaje de personas que tienen el francés (y sus dialectos) como primera lengua ha disminuido a nivel nacional.

Educación y consumo cultural.

En Quebec, aunque la mayoría habla francés, el porcentaje de personas que lo usan como lengua principal en casa está disminuyendo ligera pero constantemente.

Medidas para contrarrestar la tendencia

Para mitigar la disminución del francés en Canadá, se han propuesto diversas estrategias, como refuerzo de las leyes lingüísticas en Quebec, como la reforma a la Ley 96, que limita el acceso a ciertos servicios en inglés. Promoción de la educación en francés fuera de Quebec. y Apoyo a comunidades francófonas en minoría en provincias como Ontario, Manitoba y Nuevo Brunswick. Estas medidas buscan garantizar que el francés siga siendo una lengua viva y vibrante en el panorama cultural y social de Canadá.

El inglés domina los pasillos.

Alexandre Baril, profesor y periodista, escritor la anglonormatividad comenta: "En mi columna cometí el error de afirmar " École normale " (Escuela normal) que el francés era la lengua común en las escuelas privadas de Montreal. Los profesores invadieron mi correo electrónico para desengañarme". "me recomendaron leer El duelo cultural de las naciones (Boreal) de Emmanuel Lapierre.  

Identidad anti quebequense.

 

Lapierre es profesor resume en prólogo de su libro y escribe: "En todas las escuelas de la región de Montreal donde he trabajado durante los últimos 15 años, no puedo creer la actitud de desprecio o vergüenza hacia la lengua y la cultura quebequenses.»

 

 

El informe de una escuela privada muy valorada de Montreal, con largas raíces francófonas, lo atestigua: "Aunque el francés y es la lengua de trabajo, en los pasillos, la lengua común es cada vez más el inglés. La dirección y los profesores han intentado cambiar la situación, pero nada funciona. El inglés predomina en este entorno tan multiétnico. Francés, a la mayoría de nuestros estudiantes que no hablan francés no les importa. Pero a una buena parte de los estudiantes originarios de Quebec francófono se suman a esto, por cierto.»

"Para evitar represalias y preservar la reputación de una institución a la que siente un gran apego, pide no ser identificado ni mencionar el nombre del colegio. Dos de sus colegas me confirmaron más tarde sus hallazgos". Cuatro profesores actuales y anteriores del Regina Assumpta College  . Después de muchos años de servicio, la primera me escribió que había dimitido, en particular "a causa de la denigración cada vez más presente hacia los quebequenses francófonos". [...] Hablamos inglés en esta escuela. Incluso los estudiantes cuyos padres son francófonos, ya sean nativos o inmigrantes, ya no hablan francés tan pronto como ponen un pie, o incluso su primer pie, en esta universidad.» Sus tres colegas también observan un cambio hacia el inglés.

El desprecio de los "Kebs"

Mis fuentes no discuten el hecho de que el francés sea el idioma oficial de la universidad, pero lamentan que estos esfuerzos no estén dando suficientes frutos. Y denuncian otro fenómeno: "Los estudiantes odian a los francófonos. "La vida se hace muy difícil para aquellos que quieren hablar francés y defender el hecho francés: son humillados y denigrados en persona y en las redes sociales", dice uno de ellos.

"Muchos jóvenes de Montreal no se identifican como quebequenses porque dicen que no tienen derecho a sentirse así", explica. Se les dice que no lo son.» ¿Quiénes son estos "nosotros"? "Jóvenes quebequenses que dicen a los demás que no son quebequenses [porque] para ser quebequenses hay que ser blanco, francófono, nacido aquí. "Éstos son el tipo de comentarios que se escuchan hoy en las escuelas (mayormente privada) de Montreal. Pero todo empieza con los padres, quienes quieren ver que sus hijos accedan a un universo profesional, no limitado al francés, donde el inglés es la segunda lengua más hablada del mundo"

 

Canadá anglófono y el gobierno federal. Del Comisario de Lenguas Oficiales de Canadá

La función del Comisario de Lenguas Oficiales de Canadá es proteger a las comunidades minoritarias francófonas y anglófonas. En lugar de culpar a los individuos por su falta de confianza en sí mismos, es más apropiado reconocer y denunciar las estructuras de poder que causan su marginación lingüística. Los comisionados encargados de proteger los derechos de otras minorías en Canadá ya lo saben y desde hace tiempo abordan las causas subyacentes de su marginación.

Por ello, los comisionados de derechos humanos denuncian el racismo, el sexismo, el colonialismo, el edadismo, el capacitismo y la heteronormatividad, porque estos fenómenos amenazan la plena realización de las leyes de derechos humanos. El Comisario de Lenguas Oficiales debería combatir la asimilación de los francófonos en Canadá, y abordar la anglonormatividad.

Unidos contra Donald Trump.

Pero hoy las preocupaciones de todos los canadienses es verse involucrados en una guerra económica arancelaria con EE.UU., su mayor socio comercial, que puede causar el caos económico e imposibilitar mantener el estado de bienestar social que ha caracterizado al país durante décadas. O peor. En su dialéctica anexionista que dice querer convertir a Canadá en el estado nro. 51, podría provocar una fractura secesionista, en algunas provincias como la rica y petrolera provincia de Alberta, el Territorio de Yukón la helada región de Nunavut, aún más rica en recursos que la vecina isla de Groenlandia.

Material Common Creative, Prologo de "El duelo cultural de las naciones" (Boreal) de Emmanuel Lapierre, ChatGPT, Copilot

 

 Michael Mansilla

michaelmansillauypress@gmail.com

https://michaelmansillauypress.blogspot.com

 

 

 

 

 

 

 

 

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2025-02-16T20:15:00

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