Ramón Fonticiella
03.05.2024
Hacer discursos, no es lo mismo que decir la verdad
Hace unos días formé parte de un panel en un programa televisivo, en la ciudad de Salto. El tema era "la prensa y las elecciones". Un panelista, sociólogo Dr. Juan Romero, dio una opinión muy justa: " la prensa debe decir la verdad". Qué sencillo y qué difícil en el mundo en que vivimos, y agrego yo: los candidatos también.
Diariamente vemos noticias y opiniones que no reflejan necesariamente la verdad de los acontecimientos. Muchas veces los actores ponen un énfasis especial en doblegar la verdad, y transformar en aparente sinceridad, elementos claramente manipulados. El virus de la destemplanza corre por todos los ambientes. La manipulación de cifras, los análisis prefabricados de la realidad económica, las cortinas de humo tendidas sobre la realidad, así lo prueban.
Considero que el título se ajusta a lo que quiero decir: un discurso que llame la atención, no necesariamente reflejará veracidad. Hay casos en que el hablante (o escribiente) desliza supuestas informaciones que encienden entusiasmos o rechazos hacia una persona o gestión. Por los temas que desarrolla, por las denuncias o halagos que difunde o por la manera en que lo dice, atrae. Despertar entusiasmo a favor o en contra de algo o alguien, no equivale a construir con la verdad.
Días atrás vi en redes, y en algún medio, que seguidores de un candidato reclamaban el voto en las internas, porque "el interior debe ser contemplado y respetado". Claro caso de un discurso sin mayor verdad.
Recurrir al apoyo de la población del interior, la que vive más allá de la llamada zona metropolitana es sencillo: basta decirlo y en general ni los capitalinos ni los de tierra adentro, se pondrán a profundizar en la verdad de los dichos. Suena romántico pedir justicia y atención para los postergados, aunque no se explique muy bien porqué.
Precisamente ese pre candidato tuvo sobradas oportunidades de poner en práctica sus reclamos al ejercer cargo de representación parlamentaria, y no lo hizo: no presentó proyectos de ley al respecto. Es de pésima moral política responsabilizar a los demás de lo que el propio reclamante no realizó. Como me ha tocado ocupar esos lugares, de manejo difícil porque todos quieren arrimar brasas a su asado, me permito opinar que se pide el voto para hacer ahora, lo que no se hizo antes.
En general no importa a qué partido pertenece quien quiere "defender al interior", pero no lo hizo cuando tuvo oportunidad. Si la postura viene de un supuesto integrante del Frente Amplio, es grave. Se trata de la fuerza política que puso en marcha la descentralización, que llevó al Interior herramientas de gobierno y presupuestos para usarlas, el partido político que primero miró al Interior de igual a igual, aunque el actual postulante no se haya enterado. Con satisfacción digo que fui gobernante departamental en administración nacional frenteamplista, y que el Interior existió en primera persona.
No disfracemos la verdad: si se quiere ser senador, pídase el voto para eso; no engañemos al público crédulo con vestimenta de desinterés, se lastima a la democracia.
Ramón Fonticiella es Maestro, periodista, circunstancialmente y por decisión popular: edil, diputado, senador e intendente de Salto. Siempre militante
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