Gracias a mi madre

Ramón Fonticiella

19.01.2025

Esta columna no es una plegaria a mi Madre, aunque la contenga. Me siento agradecido a la forma en que, a pesar de su escasa formación, me transmitió el valor de los valores.

En síntesis, desarrolló los fundamentos para considerar que materialmente hay que tener lo necesario para vivir, no quedarse con lo ajeno y no ambicionar sin límites. Con estas ideas en mi conducta, me impresionó la columna de Esteban Valenti "Tecnología, ultra millonarios y fascistas". A pesar del tiempo la capacidad de mi asombro está intacta: ¡cómo puede una persona acumular tanto, seguir acumulando y conspirar contrala humanidad, reinstalando la sumisión de personas y naciones...para seguir juntando riquezas!

En medio de las luchas y componendas de quienes se creen dueños del mundo, quedamos los humanos, con nuestras sencilleces, nuestras necesidades pequeñas (comer, estudiar, cuidar la salud), y uno se pregunta ¿para qué?. Te dan ganas de decir ¿esto es vivir?. Entonces te acordás de tu vieja, de sus cercanos pero claros horizontes, del tallado de personalidad que hizo sin imaginarlo; y reafloran las ganas de cumplir con tu misión en la vida: vivir y fomentar la vida.

Por más Trumps, Musks y similares que haya o aparezcan, cada uno de nosotros tiene su misión en la existencia, que no es otra que vivirla. Para muchos esa tarea es hacer la propia y facilitar la vida ajena. Por eso a pesar de las barreras, las ideologías contrarias, el insaciable apetito de poder y riqueza de algunos, se sigue adelante con la fraternidad, la equidad, la solidaridad y todos los valores individuales y colectivos que hacen mejor la vida de todos.

Según el carisma de cada persona es el camino que ha elegido para el desarrollo de sus principios. En mi caso he tomado, desde muy joven, el de la acción política. Para ir en contra de los objetivos y daños de los poderosos que describe Valenti, me he sumado a la legión de quienes  trabajan por la utopía de la igualdad fraternal. Puede hacerse seguramente desde varias posiciones, pero muchos somos los que laburamos para cambiar las estructuras sociales. Muchas veces los mismos beneficiados no comprenden qué es lo que logramos, pero que tengan claro que con no dejarse llevar por la correntada individualista y egoísta, ya es mucho; y si se logra generar organización de las personas que puedan ser arrastradas por ella, mucho más lograremos.

En este pequeño país, de un rico continente empobrecido por la codicia desde el siglo XV, es posible hacer construcciones sólidas de ciudadanía, elementos fundamentales para fortalecer el desarrollo de los que menos tienen. Es más difícil, pero más sólido y honesto. Convocar, por ejemplo, a los que necesitan vivienda, lograr su organización, apoyarlos, conseguir que su esfuerzo las construya, será más generador de ciudadanía, que satisfacer su necesidad con una donación o el pago de un favor.

Lo dicho no es discurso vacío, es teoría llevada a la práctica con éxito.

El combate al fascismo, a la explotación física e intelectual de los poderosos sobre los débiles, puede lograrse con la sencillez de acciones políticas y administrativas sanas. Pequeñas como gotas de lluvia que mojan la tierra, de a poco pero con continuidad y certeza.

En las próximas elecciones departamentales es posible que no existan ultra millonarios comprando conciencias, pero si aprendices haciendo su entrenamiento. Es el momento de frenar el derrame de cosas malas.

Ha sido la razón de ser del Frente Amplio.

 

Ramón Fonticiella

Columnistas
2025-01-19T19:31:00

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