La construcción del engaño politico

Roberto Sansón Mizrahi

07.08.2023

Mucho sorprende que las víctimas de la opresión política y el sometimiento económico apoyen a sus victimarios, en ocasiones fervorosamente. Esto sucede cuando los abusados desconocen que los dominadores operan para que no ofrezcan resistencia; engañan y ocultan información sobre los mecanismos utilizados para someter y saquear.

La construcción del engaño político va más allá del accionar de algunos canallas que mienten y enmascaran lo que sucede. Esos canallas son el último eslabón de un proceso que incluye el contexto de valores e interpretaciones impuesto por los dominadores junto con instituciones establecidas para asegurar que pueda continuar el sometimiento y saqueo.  

El contexto de valores e interpretaciones

Cuando una minoría poderosa domina a grandes mayorías poblacionales, acude a imponer valores e interpretaciones de la "realidad" que les favorecen. Con ello legitiman los latrocinios que cometen otorgándoles un vilo inventado de legalidad. Así, justifican de mil formas que es legal y legítimo que unos pocos acumulen riquezas y el poder de decidir lo esencial, mientras a los demás les toca aceptar en paz lo que le ha sido apropiado. No se reconoce que el apropiador abusó de su poder para incluir en su patrimonio lo que no les pertenece. Por el contrario, se lo presenta como un triunfador sin mayor investigación sobre cómo logró acumular tanta riqueza a tal velocidad cuando es imposible lograrlo con tal sólo "el sudor de su frente".

Para despejar sospechas, financian con sus cuantiosos recursos a universidades y centros de investigación que se dedican a darles cobertura ideológica. Esto es, explican que las políticas que los dominadores imponen responden a una rigurosidad económica intachable, la mejor y la más seria para gestionar el funcionamiento de la sociedad. Ocultan los desastrosos efectos que producen, que mientras unos pocos viven en la opulencia, muchos más padecen la pobreza o la indigencia, que el medio ambiente es destrozado por irresponsables abusos, que la libertad de expresión está sesgada a favor de quienes los adulan mientras que arrinconan a opositores.         

Lo que acompaña esta perspectiva es que frente a los castigos y problemas cada uno se "salva" sólo. Con egoísmos, codicia, ninguneo de los otros, desviando la mirada, prevaleciendo sólo lo propio, o cómo sea, la construcción colectiva es desvalorizada. No importa que uno de cada mil pueda emerger como ejemplo meritorio a seguir, los otros 999 que se las arreglen, por algo no son triunfadores, son culpables de su pobreza u ostracismo. Así lo sostienen con hipocresía. 

Este contexto de sesgados valores e interpretaciones se expande a tocos los rincones sociales y económicos creando las oprobiosas condiciones para multiplicar el engaño político. Anida en su seno la indignidad de la mentira, la desprotección y el sufrimiento, el riesgo de un sendero de inestabilidades y furiosos antagonismos.   

Las trincheras institucionales

Para consagrar y extender en el tiempo los valores e interpretaciones que imponen, quienes dominan se aseguran controlar nodos estratégicos del funcionamiento global y del país. Entre otros, se apoderan de medios hegemónicos con los que manipulan la opinión pública y atontan o desorientan albedríos; colocan jueces y fiscales cómplices en puestos neurálgicos del sistema judicial que facilitan los saqueos, persiguen opositores y aseguran impunidad por los delitos y violaciones que cometen; financian centros de enseñanza e investigación para moldear a su favor raciocinios y subjetividades de sus graduados; cooptan a sectores de la política y del periodismo con prebendas y pagos encubiertos.

Esas y otras instituciones controladas por los dominadores se activan cada vez que se las necesita. Mientras pueden, operan de forma encubierta, pero si son confrontadas también lo hacen abiertamente sumergidas en las redes de impunidad y ayuda mutua de las que hacen parte.    

Operando los engaños  

En ese contexto de sesgados valores e interpretaciones y con el respaldo de las trincheras institucionales que los protegen, actúan los canallas que engañan, mienten, desinforman sobre lo que sucede, alejan la atención pública de los latrocinios cometidos y el tendal de víctimas que resultan del accionar dominador, distorsionan la historia, banalizan el entretenimiento, retacean lo significativo.

Esos actores, en especial políticos y periodistas conocidos por su complicidad con el abuso de poder, tergiversan lo que sucede ocultando las responsabilidades de quienes delinquen para saquear. Ponen en marcha fragrantes mentiras que luego son tomadas por los jueces y fiscales cómplices armando causas de alto impacto en la opinión pública. Aunque algunas, pasado el tiempo son desenmascaradas como falsas, ya cumplieron el papel de desacreditar y perseguir opositores. Sin prurito alguno atacan la honorabilidad, la dignidad y la seguridad de quienes son objeto de una coordinada iniquidad. Saben que mienten, comprenden los delitos que cometen, pero lo hacen por la paga que reciben y la impunidad que creen será eterna.

La construcción del engaño político no es un proceso espontaneo, sino que tiene su génesis en oscuros centros globales que adoctrinan a cómplices locales en su trabajo de traicionar a sus compatriotas para recibir compensaciones, significativas para ellos, aunque migajas del saqueo que realizan las cadenas de dominadores.

Como casi siempre sucede, ninguna fuerza saqueadora es completamente homogénea. De tanto en tanto se abren grietas interiores, antagonismos a veces furiosos que desnudan las tropelías cometidas. Emergen informantes, se desenmascaran espurias falsas operaciones y se denuncian delitos. Hay espacios para ciertas reparaciones y bienvenido que aparezcan. Sin embargo, lo trágico del sometimiento y saqueo es que deja una enormidad de muertos, desaparecidos, castigados que sufrieron toda su vida. Para ellos y ellas no existieron reparación alguna, son tan sólo víctimas sin nombre causadas por miserables victimarios desaforados en su búsqueda de opulencia y poder.

Roberto Sansón Mizrahi
2023-08-07T06:27:00

Roberto Sansón Mizrahi. Economista, planificador regional y urbano, consultor, dirigió empresas, autor de Un país para todos, Crisis global: ajuste o transformación, Democracias capturadas y otros libros, Co-Editor de Opinión Sur www.opinionsur.org.ar