Labrando nuevos rumbos

Roberto Sansón Mizrahi

09.09.2024

Ante el desastre social y ambiental generado por el proceso concentrador de la riqueza y el poder decisional, la humanidad encara el enorme desafío de labrar nuevos rumbos. ¿Cómo hacerlo?

El funcionamiento concentrador de la riqueza y el poder decisional hoy predominante castiga severamente a casi dos tercios de la humanidad mientras favorece tan sólo al 1% de la población mundial. Destruye la naturaleza afectando el funcionar del planeta. Los riesgos sociales y ambientales crecen a niveles insostenibles.

Existen otras formas de funcionar que cada sociedad necesitará evaluar escogiendo las que se adapten a sus singularidades. No hay recetas únicas. Tocará comprender cómo se desarrollaron a lo largo de su historia los mecanismos de apropiación de riqueza que llegan hasta el presente. La degradación social y ambiental provocada exige establecer otros rumbos, esto es, una utopía referencial que explicite lo que hay que transformar. Tomando lo que enseña la historia y la dirección definida en la utopía referencial será posible desarrollar efectivas trayectorias transformadoras de corto y mediano plazo.    

 

Comprender la historia

Partiendo de comprender a cabalidad el desarrollo histórico de cada país en materia de generación y apropiación de la riqueza y, ligado a ello, cómo fue concentrándose el poder decisional, será posible desenmascarar el basamento engañoso que sostiene la realidad presente. No es suficiente conocer sólo la historia oficial sesgada por quienes fueron y son conquistadores sino las diversas interpretaciones históricas que existen. Ese conjunto de investigaciones muestra cómo se estructuraron y funcionaron en cada fase las modalidades de apropiación y sometimiento. Es un esfuerzo imprescindible de realizar porque es conocida la historia relatada por los dominadores y mucho menos la no oficial.

Cada momento histórico está plagado de conflictos antagónicos y secundarios que nos llegan sesgados por historiadores con diferentes perspectivas ideológicas. Así, algunos hechos son remarcados y otros retaceados o desfigurados; sin embargo, de una forma u otra, todos contribuyeron a formatear las dinámicas que se sucedieron. Comprender y desenmascarar lo ocurrido, la historia que el tiempo engrosa, es esencial al procurar labrar nuevos rumbos. El presente no resulta de la nada sino de cómo fue dándose el pasado reciente y de fases anteriores.

Las fuerzas en pugna utilizaron acuerdos e imposiciones. Importa esclarecer quienes se enfrentaron y cuales se impusieron, cómo esos acontecimientos fueron condicionando las fases siguientes. En particular, qué sucedió con las voces y las culturas sometidas de los pueblos originales y de quienes llegaron como migrantes del mundo.       

La historia desenmascarada de lo oculto y engañoso sirve al procurar labrar nuevos rumbos. No enseña escenarios para regresar al pasado, sino demuestra injusticias, absurdos castigos, abiertas o sigilosas formas de apropiación de la riqueza y del poder decisional. Esos reconocimientos son esenciales para comprender lo que es necesario transformar.

 

Lo nuevo deseado

Labrar nuevos rumbos exige perfilar lo deseado, reconociendo que lo nuevo implica un flujo complejo de dinámicas y no una inmóvil estática. Habrá que elaborar una utopía referencial que establezca criterios refundacionales de equidad y justicia, el cuidado de la entera humanidad y del planeta irresponsablemente agredidos. Las modalidades de gobierno y gestión variarán ajustadas a las singularidades de cada país y momento.

La imagen del futuro deseado será la referencia que guie la marcha. Funciona como una brújula colectiva para no perderse en los torrentes de flujos y sucesos. De todos modos, podrá ajustarse con el tiempo siempre preservando los criterios fundacionales.

El foco de la utopía referencial es transformar la dinámica concentradora favoreciendo el cuidado ambiental y ofreciendo respaldo a todos los segmentos poblacionales de la sociedad. Imposible perpetuar que minorías alienadas en su codicia y opulencia vivan a expensas del resto. Las inmensas fortunas que amasaron necesitan ser reorientadas a servir a sectores medios y populares. Habrá diversas formas de lograrlo que serán parte esencial de las nuevas trayectorias.    

 

Las trayectorias hacia adelante

Labrar nuevos rumbos exige definir las trayectorias a recorrer hacia adelante. En base a las enseñanzas de la historia y la dirección demarcada por la utopía referencial, toca formular conjuntos de medidas inmediatas y las mediatas que seguirán.    

Las trayectorias deben abrir los nuevos rumbos desde un comienzo. No cabe postergar lo refundacional porque es necesario sellar una nueva dirección, de no hacerlo surgen riesgos e incertidumbres. Habrá que plantear con habilidad el conjunto de medidas de arranque para reforzar la sustentabilidad de la orientación escogida; demuestra que se atienden los acuerdos políticos para poder adoptar las decisiones necesarias. 

Las trayectorias contienen conjuntos de medidas para implementar los nuevos rumbos. Señalamos algunas de naturaleza fundacional.

Una medida de repercusión inmediata es cerrar el drenaje delictivo de recursos hacia jurisdicciones que operan como guaridas fiscales. Implica detener la evasión y la elusión impositiva que realizan corporaciones y familias de altos ingresos; esta fuga de recursos mal habidos compromete seriamente la disponibilidad de ingresos públicos. Puede realizarse en el corto plazo utilizando legislación vigente y un grupo determinado de administradores.     

Otro aspecto prioritario es decidir quienes debieran asumir mayores aportes tributarios, los que amasaron increíbles fortunas, no los sectores medios bajos y populares. Una primera medida es establecer un impuesto a los bienes personales e ingresos de los mil millonarios de entre el 3 al 5% anual. Esos recursos se destinarían a financiar el moderno desarrollo de la economía popular, la salud y la educación públicas, la ciencia y la tecnología, la emergencia social. 

En esa perspectiva, cabe también transformar la regresiva estructura impositiva. Debe invertirse la distribución de la carga tributaria de modo que los mayores aportes sean asumidos por quienes detentan mayor riqueza y no castigar a los que menos tienen.

Es también necesario reorientar el gasto público hacia financiar proyectos estratégicos para el desarrollo nacional y la grave deuda social.

Las cuentas públicas deben gestionarse con efectividad sin caer en déficits fiscales que pueden evitarse a través de aportaciones de los sectores de mayor riqueza en lugar de castigar a sectores de ingresos medios y bajos.

Desde un comienzo habrá que regular el accionar de los grandes fondos de inversión, como, por ejemplo, estableciendo "acciones de oro" en manos del sector público que, financiadas con parte de sus tributos, aseguraría mejores criterios en su accionar.

Será también prioritario desmontar la explotación oligopólica donde empresas líderes de cadenas de valor imponen precios y condiciones comerciales para apropiar valores que les pertenecen a proveedores, consumidores y al Estado.    

Las trayectorias necesitan incluir regulaciones del sistema financiero para eliminar lo meramente especulativo y orientar a sus instituciones a financiar la economía real.

Estos cambios fundantes de las nuevas estrategias deben incluir la desmonopolización de los medios de comunicación y sistemas judiciales que acaben con la impunidad de saqueadores y corruptos.

Se debiera reemplazar abusivos centralismos potenciando con equidad a todo el territorio nacional.

Elaborar estas trayectorias implica encarar confrontaciones antagónicas; los conflictos secundarios se resuelven mediante el diálogo directo validando la participación de los comprometidos con los nuevos rumbos. Habrá que resolver las causas de los conflictos y desavenencias atendiendo anhelos, necesidades e intereses.

Labrar nuevos rumbos no son procesos lineales porque siempre aparecen sucesos no anticipados. En algunos casos pueden tocarse límites de desconocimiento que habrá que reconocer.  Son instancias difíciles que exigen explicar resultados y riesgos con la firme determinación de mantener el rumbo ajustando la marcha o los tiempos cuando así lo requiriesen las circunstancias.

Roberto Sansón Mizrahi
2024-09-09T07:00:00

Roberto Sansón Mizrahi. Economista, planificador regional y urbano, consultor, dirigió empresas, autor de Un país para todos, Crisis global: ajuste o transformación, Democracias capturadas y otros libros, Co-Editor de Opinión Sur www.opinionsur.org.ar