Artigas tenía razón

Rúben H. Díaz

24.10.2023

En la noche de la elección, comienza la campaña para la siguiente. Esta llena de hechos simbólicos. Tiene records de audiencia y entonces, todo lo que se dice o hace, queda en el recuerdo y significa mucho en el proceso de formación de adhesiones o rechazos.

Massa no solo gano en primera vuelta, sino que amplio la ventaja con su profesionalidad de siempre. Nadie recuerda, y menos en la Argentina, que en el momento del triunfo el ganador aparezca solo en la tribuna. Todo un símbolo. Porque la verdad también estuvo solo en la campaña, y justamente por eso pudo acceder a una victoria.

Su discurso fue impecable, desde el punto de vista de marketing electoral. Con punto y aparte, seguido, coma, punto y coma, puntos suspensivos, signos de admiración y de interrogación. Todo estuvo bien orquestado. Fue el Massa que conocemos. Con nacionalismo Argentino. Cerrando las puertas a una apertura de la economía. Diciendo un disparate que nadie discute, y se repite. Que juntos, en el Mercosur, se puede acordar mejor con el resto del mundo. No es verdad. Llevamos más de veinte años negociando un acuerdo comercial con la Comunidad Europea. Desde entonces, según mi información, hicieron más de treinta acuerdos de ese tipo con regiones y países. En esto es lo único que coincide con nuestro Presidente. Habría que explicarle a ambos que no es verdad. Y pedirle a Lacalle Pou que repase cuantos acuerdos hizo la Comunidad y cuantos el Mercosur. No es que no se puedan hacer, Brasil y Argentina no quieren hacerlos y por eso les va como les va.

Sigamos con Massa. Cuando la soledad se terminó, fue para subir a la tribuna a su vicepresidente y las familias de ambos. El mensaje sobre Inzaurralde quedo patente. La distancia con el resto del peronismo también. Se proyecta como el nuevo líder. Con las manos limpias para darle a su gobierno el rumbo que se le antoje. Es el fin de una etapa del peronismo. Nobleza obliga, la verdad es que nuestro hermano mayor, convivió con la corrupción, pero nunca tuvo acusaciones serias.

En el discurso ante los partidarios, fuera del local de campaña, lucio también sin fisuras. Pidió prudencia y humildad, también recordar que todo se define dentro de un mes. 

El candidato Milei está en la posición opuesta. Desde el triunfo en las Paso no supo si seguir con sus acusaciones y salidas fuera de tono y desagradables que tan buenos resultados le dieron, o presentarse como lo que era, un presidenciable. En las campañas hay que tener un plan, pero decir cosas distintas de acuerdo al desarrollo del mismo. Es muy difícil para todos. Pero más, como demuestran los hechos, para los que aparecen y tienen que formar estructuras sin antecedentes ni experiencia.

Claro está, en la Argentina, a pesar de que hoy el triunfo de Massa parece inexorable, nada se sabe. Hace pocas semanas todo era al revés. Milei tenía ganada la contienda. No me lo digan a mí, que me equivoque por veinte puntos y ahora tengo que pagar una apuesta. Una botella etiqueta azul.  Que quede claro, no hay dudas, en las selecciones argentinas puede esperarse cualquier cosa menos una, que elijan un buen gobierno. Eso sí que no. Es imposible.

El primero que tuvo razón fue Artigas. A quien le hacen un relato mentiroso. Nuestro prócer lo que realmente quiso fue la autodeterminación y soberanía para nuestra Banda Oriental de entonces. No tener vínculo alguno con Buenos Aires. Y disponer de la posibilidad de negociar con el mundo.

Eso se llamaba entonces, poner a nuestros puertos al servicio británico. Quien lo dude, que lea en serio y con responsabilidad las Instrucciones del Año XIII.

Columnistas
2023-10-24T11:43:00

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