¿Hasta cuándo?, el sentimiento anti anglosajón en la América Ibérica

Ruben H. Díaz

14.02.2024

Por supuesto que los Ibéricos llegaron a América en forma muy diferente a los anglo-sajones. Parece poco sensato, a esta altura de la vida, siete siglos después de que comenzó esa historia, estar fijando opinión y haciendo juicios sobre la valía de una y otra gesta.

Ambas fueron muy distintas y tuvieron consecuencias también diferentes. Positivas y negativas, claro está, porque los hechos son diferentes a como se interpretan o inventan quienes quieren ajustarlos a determinadas ideologías o, seamos francos, prejuicios.

Los españoles llegaron a descubrir un continente cuando pensaban desembarcar en otro. Fueron pioneros y actuaron de acuerdo a conceptos, en materia filosófica y económica, propios de la España del siglo XVI y en particular, de sus gobernantes. Los Reyes Católicos al principio y los Habsburgo después. En el marco de un proceso, que vivió Europa por entonces de singular importancia en el desarrollo de la historia de la Humanidad. El Renacimiento.

Las dos ideas predominantes, eran la Iglesia Católica y el mercantilismo. Esto tuvo consecuencias importantes. No vinieron familias, sino soldados a la conquista. No formaron o crearon una sociedad, sino que extrajeron riquezas y con ellos los habitantes del continente predescubrimiento, pudieron de alguna forma, no sin dificultades, sobrevivir. Los españoles por cierto, esto parece a esta altura innegable, trataron mejor a esta gente, que las dos o tres principales civilizaciones que predominaban en la región hasta entonces. Así como también los anglosajones.

No eligieron a sus hombres mas capaces, en materia de administración. Al contrario, venían los menos dotados desde el punto de vista intelectual para organizar esa nueva sociedad, que se fue configurando en nuestra América. Los que no podían ingresar a la burocracia en España, que tampoco se caracterizaba por su excelencia, venían a estas latitudes.

Todo esto tuvo consecuencias. Vaciaron de oro y plata al continente. Y la malgastaron en Europa, porque el mercantilismo no conocía que era la inflación, y no sabía que si uno aumenta el dinero y no produce más, lo único que genera es inflación. Jean Bodine lo descubrió, pero por supuesto no tuvo tiempo de ilustrar a los gobiernos y las sociedades de entonces.

Otra consecuencia, como vinieron hombres solos, hubo mestizaje y los indígenas sobrevivieron. En realidad se creo una sociedad con hombres blancos, mestizos, indígenas de allí hasta nuestros días. A los que se sumaron en tiempos tempranos los africanos por la esclavitud. Pienso que si de algo podemos estar orgullosos es de ser hijos de un proceso de esa naturaleza.

Mientras Colon descubría América, España decidía, en el mismo momento y año, expulsar a dos grupos étnicos de singular importancia en su propia tierra. Que tenían arraigos muy importantes y una larga historia allí. Los judíos y los musulmanes. Se despoblaron y se quedaron sin lo mejor de su mano de obra. La más calificada. Esto no solo tuvo consecuencias cuantitativas, sino también cualitativas. Perdieron entre un treinta y un cuarenta por ciento de la población activa.

Los anglosajones empezaron a llegar más de un siglo después. Vino otro tipo de gente. Perseguidos por sus ideas religiosas. Familias, que se asentaron y comenzaron a trabajar y crear riqueza. Todo lo cual, fue catastrófico para los indígenas que vivían en el norte del continente. Porque no hubo mestizaje y en los hechos prácticamente no pudieron sobrevivir.

Pero no fueron estas las únicas circunstancias diferentes entre unos y otros. Los anglosajones creían en el libre comercio. Que lo fomentaron por medios pacíficos y no pacíficos por cierto, con sus fuerzas navales y sus piratas. Pero creían en el intercambio comercial. Pocos siglos después que los portugueses y españoles descubrieran los confines del planeta los anglo-sajones lo integraron a través del comercio.

Todo esto trajo consecuencias, que quedaron con mayor evidencia luego del proceso independentista que vivió todo el continente desde fines del siglo XVIII a principios del XIX. Estados Unidos tuvo una sola Constitución desde aquellos tiempos hasta estos días. Se independizo antes que toda la América hispana y portuguesa, con el mérito de haber logrado una institucionalidad que fue el marco adecuado para lograr constituirse en una potencia mundial, la más influyente en la historia de la humanidad desde principios del siglo Veinte hasta hoy.

Latinoamérica no solo fue un desastre en cuanto a su pensamiento político y su praxis, sino que sigue sin ser capaz de superar su atraso con respecto al resto del mundo. Continúa teniendo las economías más cerradas. No logra una integración económica inteligente, para competir y crecer, ni aislarse del todo.

Tampoco gravita desde el punto de vista del pensamiento. Solo se ha destacado en la literatura y a partir de la década del sesenta. Los que fundaron el sentimiento contrario a lo anglo sajón, a finales del siglo XIX, como José Enrique Rodó, el poeta Rubén Darío o José Martí, resultan panfletarios si los comparamos con los padres de la Independencia americana, Washington, Hamilton y Jefferson. O pensadores de la talla de Kant, Goethe, Arendt, por citar  algunos.

Se sigue hablando de que América Latina tiene que buscar su identidad, pero no ha creado una sola idea importante en lo institucional, económico o filosófico. Tampoco en materia de investigación o desarrollo científico, que sea realmente significativo. La discusión intelectual en América Latina se origina a partir de ideas y procesos científicos que se generan en otros sitios.

Parece que lo sensato sería asumir esta realidad, en vez de seguir viendo enemigos y culpables por todos lados. A partir de allí podrá sin duda lograrse una sinergía de progreso positiva que permita avizorar un mejor futuro.

¿Tiene la culpa Estados Unidos todavía hoy, de que América Latina siga siendo una región fallida en lo institucional, sin capacidad de generar, salvo excepciones, sociedades con tradiciones democráticas estables y exitosas?

 

Ruben H. Díaz

Columnistas
2024-02-14T11:30:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias