Milei no es Trump.
Ruben H. Díaz
31.05.2024
Son hijos de un mismo tiempo. Beben en las mismas fuentes. Tienen una presencia incuestionable a nivel global. En lo personal, se parecen en el histrionismo que ambos, con indisimulada satisfacción, practican. Están en un momento de gloria.
Ninguno puede decirse que son hombres cultos. Trump hace a veces alarde de ello. Milei es formado en economía. Es evidente que no improvisa. Da la impresión que lo importante en él, es interpretar con originalidad y sentido común el momento que vive el mundo en esa materia. Aunque también tiene inquietudes existenciales que le acercan al judaísmo y el cristianismo.
Hijos de una crisis que no provocaron. Supieron aprovechar esa situación para conquistar el poder. Están a través de trayectorias que no solo van por carriles distintos a los tradicionales, sino que esto constituye un motivo de prestigio del que hacen uso en forma permanente.
Aquí vale la pena detenerse un momento. La mayoría de los grandes triunfadores de estos tiempos, son gente que en sus respectivas actividades no se formaron de manera tradicional. Los que hoy son poderosos por tener las fortunas más grandes del mundo, a través de la capacidad de aplicar los nuevos conocimientos en la actividad comercial y económica, no fueron universitarios o si lo fueron, no tuvieron allí carreras destacadas. Sino repasemos sus nombres y lo comprobaremos. ¿Qué quiere decir esto? Para mí que nos encontramos en la etapa de transformaciones que por la profundidad de los cambios que llevan adelante, y los tiempos en que los realizan, no están revolucionado, sino creando una nueva sociedad y un nuevo mundo. En él la tecnología marcará el rumbo y será el centro del poder.
No es casualidad que los dos surgieron del mundo occidental. Donde predomina en lo institucional el sistema democrático. Sino que ha tenido en los últimos cincuenta o sesenta años, una preeminencia en lo filosófico el liberalismo, en sus diferentes vertientes y autores.
Si bien las coincidencias importan, me parece que las diferencias son fundamentales y también deben registrarse. Trump es un peligro para el mundo. No tiene sustento económico ni filosófico. Conquista apoyos a partir de los que quedan afuera de la globalización porque no pueden seguirle el ritmo. A los que entusiasma y lidera, tratando de volver al pasado. Es reaccionario hasta en el tema del medio ambiente, donde lucra y genera poder, sin traba ética alguna. No se detiene ante nada. Tampoco en lo moral. Organizo el peor acto de vergüenza y pundonor, que fue el intento de tomar el Capitolio. Se presenta como un gran nacionalista, Cultiva el peor sionismo, el de Netanyahu, y el peor cristianismo, el protestantismo calvinista.
Trump es un hombre sin coraje, que se siente a gusto con los tiranos y a disgusto con los líderes democráticos del mundo. Entre estos últimos no tiene ningún amigo. De los otros muchos. Durante su primer gobierno recibió de ellos graves agravios, pero nunca se agravió. Como cuando fue a Asia a hablar con el dictador de Corea del Norte, se sacó la foto con él y a partir de ello no logró nada y este reemprendió su desarrollo atómico sin decir una sola palabra. Rompió con el acuerdo que Occidente tenía con Irán, lo que le hizo posible avanzar en esa misma materia atómica a ese país. Nunca menciono a Putin para nada diferente a decirle solo elogios. Es cierto que en materia comercial y tecnológica se enfrentó a China. Fue la única causa buena que desarrollo en su gobierno. Pero desde un ángulo equivocado, cerrando el comercio.
Milei vive y existe para abrir la economía y el comercio internacional. Desregular la economía y la sociedad. Tiene valores y esperanzas que son las que nos han permitido lograr el progreso y desarrollo que gozamos. Por supuesto que nos gustaría verlo con mayor capacidad de sistematizar sus múltiples intereses y anhelos. En medio de la peor crisis económica de Argentina, actúa con valentía e inteligencia, pero le queda lo peor. Hasta ahora hizo el ajuste, su país tuvo otros que también fueron exitosos en el corto plazo. Ahora deberá tener una etapa distinta, donde todos fracasaron, el de la disciplina en sus políticas económicas, y conductas morales. Con ese formidable asunto, se lanzó igual por el mundo, en una cruzada contra el socialismo y las sociedades que limitan la libertad y la creatividad del individuo. Ahí surge su controversia con Sanches, que no tiene nada de superficial, aunque las estridencias y salidas de tono pueden desconcertar a muchos. En fin, son los modos de estos tiempos.
Trump y Milei están llamados a entenderse. Pueden aparecer juntos. Están es el momento del amor recíproco. Tarde o temprano van a aparecer sus diferencias. Claro que formulo estas consideraciones en estas circunstancias, con los elementos que uno dispone. El desarrollo de los acontecimientos dirá si se confirman a no las expectativas que nos sugieren los pasos que dieron hasta este momento, mayo del 2024.
Ruben H. Díaz
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias