¿Será suficiente? El debate fue de Delgado
Ruben H. Díaz
18.11.2024
Solo por aciertos de la campaña desarrollada por el Frente Amplio, y errores en la del Partido Nacional, puede explicarse que a esta altura Delgado no tenga un claro favoritismo.
Todavía no se valora en su justa expresión, la formidable gestión que tuvo el gobierno de Lacalle Pou. Pueden contarse con los dedos de una mano, los resultados de gestión positivos en el mundo que debió enfrentar la pandemia del COVID. Lo de Lacalle no solo fue bueno, fue ejemplar. Enfrento la crisis con éxito sin destruir la economía ni la sociedad.
Uruguay tuvo dos grandes tragedias en lo que va del siglo. La financiera, que asolo la región, y la sanitaria, en los dos períodos que no gobernó el Frente Amplio.
Lo gesta de Batlle ya se mira con respeto y no se discute. De tener que recibir en avión y en un domingo mil cien millones de dólares a un catorce por ciento del crecimiento del producto en su último año de gestión, fue la crisis.
Lacalle Pou termina con todos los números positivos, los que se busquen, inflación, crecimiento del producto, producto per cápita (el mejor de América Latina, y el mas alejado del segundo que se conoce), pobreza, aumento de la calidad de vida en sus distintas expresiones. Empleo, recaudación fiscal, riesgo país (mejor incluso que el de Estados Unidos).
A los tres gobiernos del Frente Amplio les toco tiempos con viento a favor. Siempre a favor. Sus grandes méritos, que los tuvo, fue no agredir la institucionalidad, y dejar de lado aspectos fundamentales de su ideología. Es menester indispensable recordar como permitió el mayor proceso de extranjerización de la propiedad de la tierra que se conoce en nuestro país y los efectos positivos que son indisimulables. También hay que reconocer que en algunos asuntos evolucionaron de manera positiva. Por ejemplo, en seguridad, donde empezaron liberando presos y terminaron mejorando en medios y salarios a la Policía. Lo que no impidió, que los indicadores de delitos y homicidios fueran los peores que se registraron en la historia del Uruguay.
Al Uruguay le fue mal cuando aplicaron sus ideas a rajatabla. En la Enseñanza, por ejemplo, gastaron fortunas (justo lo que nos dijo su candidato ayer que iban a volver a hacer) en aumentar sueldos y reuniones con los gremios de educación. Sus resultados están a la vista. La crisis, que venía de antes, se profundizo. No aumentaros los días de clase, ni bajo la deserción en secundaria, ni termino esa fiesta de despilfarro con ningún aspecto positivo con la excepción del Plan Ceibal.
La idea de Mujica de promover nuevas oportunidades en empresas fundidas con gestión autogestionaria termino en desastre. Ni una de ellas pudo sobrevivir. Todas quedaron con números en rojo que al final pagamos los contribuyentes.
Los vientos favorables, disimularon un hecho notorio, para el Frente gobernar bien es dar plata. Esto no es verdad. Gobernar es asumir responsabilidades, organizar, trabajar para que el mercado funcione. Si funciona el mercado los recursos se distribuyen de mejor forma y se promueve el crecimiento.
Orsi en el debate dejo claro, que todo lo que se hizo mal durante las administraciones frenteamplistas se va a volver a hacer. Empezando por el cogobierno en la enseñanza. No presento una sola iniciativa novedosa, inteligente, que permita reflexionar y encontrar caminos de progreso.
El talante de Delgado fue muy otro. Se le vio sereno, claro, con entusiasmo, e insistiendo en ideas que, aunque todavía no han resultado, es evidente constituyen el camino que el país debe transitar. Me refiero a la apertura de la economía y los mercados.
El debate, que solo se pudo hacer al final del proceso electoral, demostró lo que sabíamos todos, que la diferencia de ideas y capacidades es notoria a favor del candidato de la coalición de gobierno. Quedo patente esta situación. Es lógico pensar entonces que Delgado será el presidente elegido por los uruguayos el próximo domingo.
Ruben H. Díaz
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias