Por este camino vamos mal

Ruben H. Díaz

12.12.2024

Tuve gran confianza en el futuro del país. Sin embargo, observo que luego de las elecciones, en algunos casos antes, se han producido acontecimientos que merecen una especial atención.

La fórmula del Frente Amplio entendió necesario, con anticipación a los comicios, anunciar quien sería ministro de Economía en caso de llegar al poder. Lo que no es disparatado, sino todo lo contrario. El elegido era un hombre muy reconocido por sus conocimientos de economía, vinculado a uno de los más importantes estudios jurídicos de nuestro país. Sin embargo, desde que eso ocurrió se vio que no tiene las condiciones para ocupar el cargo. En vez de dar certezas ha creado dudas y malentendidos. Con su nombre da certezas. Con sus actitudes inquietudes. Lo que debió haber hecho es muy pocas y muy medidas declaraciones públicas y una amplia labor de conocimiento con los líderes del propio Frente Amplio para intercambiar ideas, explicar puntos de vista y generar un clima de colaboración y estima. Por el contrario, se ha pasado anunciando medidas y señalando políticas desde los medios de difusión. No es así como se trabaja y se gobierna. El ministro de Economía no es un profeta ni un mesías. Debe ser un pragmático que entiende y explica. Ha irritado a todo el Frente Amplio y me da la impresión de que, al propio Orsi, tengo dudas de que llegue al primero de marzo como ministro. Hoy genera más dudas que certezas. Justo lo inverso a lo que se podía esperar de él. Nunca un ministro empezara con tanto desgaste previo.

Orsi me parece que es un hombre bien intencionado, que tratara de gobernar para todos y aspira a mantener la institucionalidad democrática del país. Pero lo veo muy solo. En general, cuando alguien llega a la Presidencia, tiene un conjunto de amigos, muy pocos y elegidos, que serán los hombres de consulta y decisión. Orsi no los tiene. El MPP le puso el secretario de la Presidencia. El prosecretario lo conoció porque utilizo sus servicios profesionales. El gabinete se elegirá en una labor colectiva del Frente en la cual participará. Hay que ayudar a este presidente. Y esto vale para todo el espectro político.

Lo otro que preocupa, es la actitud de la coalición de gobierno luego de la elección. En vez de pensar con serenidad y proyectar sus distintos partidos entraron en procesos de enfrentamientos internos que no se sabe bien para que sirven. Me parece que no aportan nada y hacen mucho dañó. Delgado, es proclamado por quien fue su candidata a la vicepresidencia, como el gran líder opositor a este gobierno durante cinco años. Los colorados se dividen en una batalla dura entre Ojeda y Bordaberry.

En medio de esta confusión, Lacalle Poy sigue dando cátedra de calidad y profesionalidad de liderazgo. Impecable su comportamiento en la reunión del Mercosur en la que participo la presidente de la Unión Europea. Dejo en lo más alto a loa región y a Uruguay. Excelente el talante y espíritu con que encara su relación con el presidente electo. Es un pingo que gana por calidad y sin castigar. Le sobra paño.

Las elecciones de mayo van a suponer un grave traspié para el Partido Nacional. Serán un duro trago para esa colectividad, que sufrirá duro en donde siempre ha sido mas fuerte. Ya se vio en la primera vuelta, pero en la segunda más aún. A los efectos de la estabilidad democrática, es importante que el gobierno este fuerte, y la oposición también. Si el gobierno presenta una amplia superioridad, la tentación para los excesos desde el poder, quedan más a flor de piel. Por el contrario, si la oposición aparece por encima del gobierno, se pierde estabilidad.

Es preocupante. En medio del desconcierto se observa que solo el presidente en funciones y el presidente electo, son los que piensan con clave país y no en clave electoral y política. Ojalá que las fiestas permitan tomar distancias y se cambie el talante. Así no vamos a buen puerto.

 

Ruben H. Díaz

Columnistas
2024-12-12T11:45:00

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