Lo lindo y lo feo, lo bueno y lo malo, de esta pandemia
Selva Andreoli
25.03.2020
Vengo por la calle Salto, a la altura de Maldonado o Canelones, en la esquina, una mesa, varios vasos descartables, algunos ya usados, un termo gigante, y un cartelito escrito a mano: SOPA SOLIDARIA.
Esto es lo bueno que despierta esta pandemia en la sociedad, ayer vi a un trabajador del transporte, con su familia, repartiendo merienda entre gente necesitada en Cerro Largo, ahora aparece un CD de músicos, que piden 3 alimentos no perecederos, y grabarán canciones para la gente que colabore, la brigada que lleva comida a los funcionarios del Pereira Rossell de noche, y podría seguir, decenas, centenares de gestos solidarios, todos sintiendo que están haciendo ALGO contra esto que se ha instalado y nos aísla y llena de miedo.
Y lo feo, el juicio altanero y soberbio de quienes pueden quedarse en su casa sin hacer nada, y señalan con el dedo justiciero a aquellos que no cumplen con el mandato de no salir, aunque otros tengan que salir para abastecerlos de comida, medicamentos, insumos de limpieza, etc. Los que saben todo, incluso lo que es mentira, y lo desparraman urbi et orbi, y se han hecho abanderados de la crítica: por qué no hicimos esto, por qué no hacemos aquello, como si fueran doctorados en epidemiología y estrategias sanitarias.
Y la nueva pandemia en un único envase: el coronavirus embotellado como un beberaje fatídico para aquellos mayores de 65 años, y leve para gente más joven, que serán asintomáticos o tendrán síntomas leves. Casi una limpieza demográfica malthusiana, donde mueren los más viejos, los más enfermos, los que tienen una, dos, tres patologías concomitantes , diabetes, hipertensión, EPOC, enfermedades cardiovasculares, etc.
Y este pánico generalizado, alimentado por horas y horas de transmisión de detalles, repetidos hasta el cansancio algunos, con la expectativa de cuántos más contagiados habrá cada noche, y con las redes a full, a veces llevando optimismo y humor, otras información o desinformación, y otras, simplemente críticas, al gobierno, a otra gente, expertos en coronavirus; cuando los científicos de todo el mundo, con humildad, dicen: sabemos poco, estamos experimentando, viendo qué hacen los países que tienen mejores resultados, tratando de fabricar una vacuna para el futuro, estudiando en el ensayo y el error cuál es el mejor camino para combatirlo.
Lo cierto es que las estrategias de todos los países han sido distintas. Desde Alemania, que no cerró sus fronteras ni decretó la cuarentena obligatoria, y tiene la más baja tasa de letalidad (0.3%), hasta Corea del Sur que le hizo test diagnóstico a todo el mundo y su letalidad está en el 1.1%, pasando por los ejemplos más duros: Italia, con una tasa de letalidad de más del 8.5% hasta ahora. Qué pasará en Africa, donde hay lugares donde no hay agua, y una de las principales indicaciones es lavarse constantemente las manos?? Ellos casi no figuran en las noticias, el continente olvidado.
Pero....algo habrá hecho China, con ese porcentaje altísimo de curados.... Aprendamos de los demás. Por primera vez, creo tantos científicos de distintos países comparten conocimientos generosamente. Esto es algo bueno.
Pero claro que cambian las condiciones sociodemográficas de todos estos países, su pirámide etárea, su sistema de salud, sus recursos humanos y sanitarios, sus camas de CTI para pacientes críticos, el estado de salud media para afrontar la pandemia.
Hasta ahora han fallecido más de 19 mil personas, y seguirán. ¿Pero saben este dato? La OMS (Organización Mundial de la Salud), calcula que cada año mueren entre medio millón y un millón de personas por la gripe. Es una cifra difícil de dar porque esta infección subyace en otras defunciones, como las causadas por la neumonía. Pero también en Italia, muchos de los fallecidos, contagiados por el coronavirus, tenían entre 1, 2 o 3 patologías concomitantes además de ser mayores de 70 y 80 años la mayoría.
Sin embargo, el mundo nunca estuvo pendiente segundo a segundo de cuántos iban muriendo, como en una cuenta regresiva de hacia dónde vamos en esta diabólica curva ascendente. No quiere decir que no nos preocupemos, porque el mundo está en alerta máxima, pero sepamos que mueren más personas por otras enfermedades, año a año. Por EPOC, 3 millones de fallecimientos en el año 2016, según la OMS, el mismo año, por la diarrea 1 millón 400 mil personas, y podría seguir.
Y esta pandemia nos cambió la vida. Los que ante querían quedarse en casa y hacer teletrabajo, ya están hastiados del aislamiento; los que parecía que se conocían a fondo como pareja, esta convivencia obligada de 24 horas al día los hizo conocer otras facetas de su media naranja; los niños que no querían ir a la escuela hoy claman por reencontrarse con sus amiguitos; y los que soñaron alguna vez, que bueno pasarla en casa sin hacer nada y cobrar el sueldo, hoy sienten la angustia de la soledad.
Porque ese es otro tema para sólo mencionar, sin profundizar en sus consecuencias: la soledad. ¡Cuánta gente que vive sola!, y como decía una señora mayor, "no me quiten ir a la feria, es mi único paseo en estos días".
Porque las redes, por suerte, no sustituyen el calor humano, el apretón de manos, el abrazo o el beso de los hijos o los nietos. Y nadie está preparado para una soledad obligatoria, o para un sedentarismo que tiene connotaciones insalubres.
Me pregunto, qué hacemos, qué estamos proponiendo para combatir el virus. Que contagiará a un gran número de personas, como la gripe todos los años, porque nadie dice que cuando salgamos de la cuarentena, el virus no estará circulando. Y no podemos vivir en cuarentena permanente. Está bien, prorrogamos el contagio, aplanamos la curva de contagio (ahora todos somos sabios en esto), pero el virus no se irá por decreto.
Y tampoco hay cura, sólo nuestro organismo, con sus defensas, es capaz de vencerlo. Y qué hacemos entonces para levantar la inmunidad de nuestro organismo? ¿Qué campaña de hábitos saludables estamos haciendo para no tener a los 50 y más esas enfermedades degenerativas llamadas ENT(enfermedades no transmisibles), que son la principal causa de muerte en el mundo y son el producto de la vida moderna?. También según la OMS, las ENT son la causa del 72% de las muertes en el mundo. Esas son las que nos llevan a la gran fragilidad de nuestro cuerpo, fruto de factores de riesgo que no cuidamos todos estos años porque no nos importaron: dieta saludable, no al tabaquismo, no al sedentarismo..... Y permítanme una disgresión: ¿será mejor o peor que la gente se quede sentada frente al televisor, sin mover un músculo, más que la boca para comer (cualquier cosa además), que permitir que la gente pueda salir a caminar, tomando distancia de 2 metros o más, donde pueda hacerlo?. ¿Alguien cree que la soledad del parque o de la playa, con la máxima ventilación recomendada, son nefastos? Sobre todo para aquellos que viven en apartamentos pequeñitos, internos, con poca ventilación, y confinados al aislamiento.
Por eso no hay verdades absolutas en este tema, ni tampoco curas milagrosas, sólo sentido común. Y por supuesto, responsabilidad ciudadana y respeto por el otro, por no contagiar ni contagiarse. Por tomar las medidas pertinente pero no inmovilizarnos por el miedo.
Hoy más que nunca pensemos: ¿cuáles son nuestros hábitos de vida saludable?. ¿Qué dieta levanta mis defensas naturales?. Qué importante es moverse, no quedarse en cama sólo viendo películas o televisión. Qué importante es no perder de vista que el vínculo afectivo es también un curativo para cualquier enfermedad, y por eso importa no olvidarnos de los que están solos, por cualquier razón; de los que tienen miedo porque son mayores y ya tienen alguna de las patologías mencionadas; y sobre todo ser altruistas antes que críticos, hacer más, todos podemos dar una mano para el que lo necesita, aunque ello pueda ser un riesgo, como el que reparte las viandas, porque si no, los trabajadores de la salud estarían más que encerrados, los granjeros no traerían productos tan vitales en nuestra dieta de hoy, los tamberos no ordeñarían y la cadena de distribución de todos estos insumos se cortaría. Y me quedo corta. Hay muchos más actores que hacen posible nuestra comodidad en las casas, a ellos todos, les rindo mi homenaje.
Opino que éste es el momento para campañas de hábitos saludables de vida. Que no dependen como creen algunos de lo caro que están algunos productos básicos -que lo están-, porque nadie duda en gastar en cigarros, y propiciar problemas respiratorios a futuro; nadie obliga a la gente a comprar comida chatarra y subir su colesterol y su riesgo de enfermedades cardiovasculares; es gratis caminar 1 hora por día para asegurarse una mejor circulación y bajar muchos factores de riesgo. Salgamos de esta crisis con una lección: cambiar las rutinas negativas de nuestra vida moderna, nos ayudará a elevar nuestros niveles de inmunidad para enfrentar cualquier virus.
Lic Selva Andreoli Directora Grupo Publicitario PERFIL
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