Los deberes de la salud

Soledad Platero

12.09.2012

La Cámara de Diputados aprobó, por unanimidad, un proyecto de alimentación saludable que busca proteger a los alumnos de primaria y secundaria de la ingesta de productos que puedan dañar su salud y estropear sus buenos hábitos alimenticios.

Días atrás, la misma Cámara había aprobado, también por unanimidad, adelantar las elecciones internas de los partidos políticos que se celebrarán en 2014, para que no coincidan con el mundial de fútbol -un derroche de previsión planificadora no exento de optimismo, vistos los últimos resultados de nuestra selección nacional.

La encantadora coincidencia de opinión de los legisladores nacionales en cuestiones como la alimentación de los uruguayos y su participación plena en eventos de jerarquía equivalente como la política y el fútbol contrasta violentamente con las diferencias irreconciliables que se manifiestan en torno a asuntos como la despenalización del aborto, o el matrimonio igualitario, o las cuestiones impositivas, y abre una ventana a la pregunta en torno a qué es importante, en definitiva, para la clase política uruguaya, y en qué supuestos básicos o no dichos se sustenta el reconocimiento de esa importancia.

Sobre la política y el fútbol no es necesario hacer aclaraciones: es evidente que la Cámara en su conjunto considera que el campeonato mundial es mucho más importante, tanto que se hace necesario evitar la bochornosa circunstancia de que los orientales no concurran a las urnas por estar demasiado absortos en los avatares del balompié. El diputado blanco Jorge Gandini lo expresó con meridiana claridad en declaraciones a Montevideo Portal: "nos pareció adecuado organizar las pasiones nacionales". Y sí, ya se sabe: si nos organizamos, nos divertimos todos.

Respecto a la ley de alimentación saludable en los centros de enseñanza habría que hacer un par de observaciones. La primera es que a nadie se le ocurriría decir que es malo promover que los niños coman menos chatarra, y sobre esa premisa de que lo bueno es bueno y lo malo es malo se apoya una buena parte del respaldo dado a la iniciativa. La segunda es que la exposición de motivos del proyecto afirma que "A fines del siglo XX y en lo que ha transcurrido del siglo XXI, hemos ingresado en la denominada 'transición epidemiológica', concepto que traduce el proceso de cambio en las condiciones de salud de las poblaciones en términos de discapacidad, enfermedad y muerte. Este proceso ha llevado a que las enfermedades crónicas no trasmisibles (ECNT) ocupen los primeros lugares como causas de morbimortalidad a nivel mundial. Aún mientras las enfermedades transmisibles y específicamente las emergentes y reemergentes como dengue, tuberculosis, hepatitis, infecciones nosocomiales y VIH siguen siendo un problema, las enfermedades crónicas, no vinculadas a agentes infecciosos, ganan posición en las estadísticas de muerte".  Dicho de otra manera, la gente se moría antes, mayoritariamente, de enfermedades infecto contagiosas (o de guerra, hambruna y tantos otros motivos que la civilización y la buena gestión mantienen a raya), pero ahora se muere del corazón, o de cáncer, o de esa enfermedad terminal y multisintomática conocida como vejez.

Según el mismo texto (y luego de un párrafo de redacción evidentemente equivocada que afirma que, o bien el "momento actual" es posterior a 2010, o bien 43%  supone un incremento respecto a 60%)* , las ECNT son responsables por el 70% de las muertes en nuestro país, lo que parece ser malo, en lugar de ser bueno.

Para decirlo claramente, la estadística sobre la que se apoya este bienintencionado desarrollo de motivos indica que en nuestro país la gente no muere, mayoritariamente, de violencia social o política, ni de enfermedades del subdesarrollo, ni de hambre. La gente muere de vieja, o de enfermedades para las que no tenemos cura y que, si lográramos evitar (cosa razonable, desde todo punto de vista), nos condenarían a morir indefectiblemente de un paro cardiorrespiratorio producido por el mero paso del tiempo (el paso del tiempo es una Enfermedad Crónica No Trasmisible que no se puede prevenir así nomás, pero seguimos intentándolo).

Es claro que está muy bien tratar de ser sanito, y que es una aspiración legítima de todo ser vivo estirar esa condición tanto como sea posible, en condiciones de plenitud. Lo que no es tan claro es que la repetición de perogrulladas como que las ECNT son las principal causa de muerte en nuestro país, o que el suicidio y los accidentes son las principal causa de muerte entre los jóvenes oculte el hecho de que la muerte ocurre, y que siempre hay una causa que la desencadena, y que entre todas las causas posibles siempre una será la más frecuente. Y que la más frecuente no es siempre la que peor habla del estado sanitario de una nación, sino al revés. Y que deberíamos tener ese detalle en cuenta antes de escandalizarnos frente a enunciados absolutos como "el 70% muere de ECNT".

Por otra parte, es interesante observar que la medida de protección de niños y jóvenes (medida muy saludable, digámoslo cuantas veces sea necesario) ante el avance descontrolado de los snacks y las golosinas no incluye en su exposición de motivos el lugar que la publicidad y el estímulo del consumo desenfrenado tienen en esta ecuación. Digamos que una cosa es prohibir que las escuelas suministren papitas fritas o gaseosas y otra muy distinta es atacar a  Coca Cola, o poner en cuestión los mecanismos que orientan toda nuestra vida hacia el consumo de cosas que no necesitamos ni nos benefician en absoluto.

Hace pocos días se supo también que un proyecto de ley elaborado por el Ejecutivo prohibirá el consumo de alcohol en la vía pública, como si los episodios de violencia facilitados por la ingesta de alcohol se produjeran entre quienes beben en la calle, y no entre quienes beben en el fondo de su casa, o en un boliche, o en un baile. Es evidente que quienes se verán afectados por esta normativa no serán los que cuenten con una casa en donde achicar mientras toman alcohol, ni quienes puedan pagar los precios que los boliches cobran por las bebidas. Los que serán detenidos en la vía pública por estar tomando cerveza, o vino, o lo que sea, serán los jóvenes que aún no tienen su propia casa, y sobre todo, los jóvenes que no tienen dinero para pagar entradas o consumiciones de alto precio en los expendios autorizados para el consumo. Alguien se preguntaba, y es pertinente, si la prohibición afectará a los decks que los bares han instalado en las veredas, o si alcanzará únicamente a quienes beban sin la intermediación de un cantinero.

La prohibición del consumo de alcohol en la vía pública es una de las últimas avanzadas del biopoder global: basta una recorrida rápida en internet para advertir que la cosa se está procesando en todo el mundo, y que Uruguay no hace más que lo que siempre hace: cumplir puntualmente con la agenda diseñada en donde se corta el bacalao.

La misma lógica imitativa y acrítica alienta detrás de afirmaciones escandalizadas acerca del aumento de los homicidios, de los accidentes de tránsito y de las bacterias resistentes. Un paquete en el que colaboran los medios de comunicación, las organizaciones que lucran con causas buenoides de esto y aquello, los fondos internacionales de cooperación, los organismos multilaterales de desarrollo y la voracidad por causas pelotudas de una sociedad adormecida por la fascinación del consumo y el ocio y entregada suvemente al egoísmo más infantil.

Una sociedad cuya única cosa no negociable es el mercado, cuyo único valor fetiche es la libertad (un concepto que debe ser entendido sobre todo como libertad de empresa) y cuya única herramienta para exorcizar la angustia de la incertidumbre y el caos es la elaboración constante de normativas de profilaxis y monitoreo sobre la salud y la conducta de los más chiquitos. Es decir, todos nosotros.

 

* "En el momento actual, estas enfermedades suponen el 43% de la carga mundial de morbilidad y en el año 2010 alcanzaron el 60%, siendo responsables del 73% de las muertes. Este incremento, se postula estaría vinculado a un aumento de las ECNT en los países en desarrollo." El documento completo fue publicado por Montevideo Portal el 11 de setiembre de 2012.

Soledad Platero
2012-09-12T15:35:00

Soledad Platero

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias