Un país partido en dos
Stefano Casini
16.11.2024
Un país partido en dos
Imagino hoy vivos a Líber Seregni, Ferreira Aldunate, José Batlle y Ordóñez o Luis Alberto de Herrera y me pregunto a quién votarían. También imagino las mentes de un Churchill o un De Gaulle! ¿Qué difícil no?
Antes los políticos se separaban por IDEAS, hoy se destrozan por casos de corrupción, por desfalcos, por tráfico de influencias, amiguismos crónicos o por tratar de ayudarse con la IA para descubrir una falla, un porro o un gramo de cocaína en el pasado de un adversario.
La tristeza me inunda realmente porque este fenómeno, luego de haber sido altamente probado con éxito en el primer mundo, lamentablemente, llegó también a Uruguay y a "casi" todo el planeta.
Y claro!! Cuando esos grandes líderes vivían no había redes, no había esa rabia descontrolada de los trolls, esa maldad generalizada, esa falsa intelectualidad o esas mentiras anglosificadas que hoy se llaman "fakes".
También me da mucha tristeza que, de un lado haya una coalición formada por MPP y PCU, lo más extremo de la izquierda y por otro lado hay otra coalición que, no siendo tan extremista de derecha, tiene, en su seno, a varios derechistas extremos.
Hablar hoy de "honestidad" de cualquier tipo, por parte de cualquiera de las opciones es, por decir poco, absurdo, por no decir ridículo. En todos los gobiernos de Uruguay, desde su fundación, hubo más o menos corrupción y no quiero hacer un resumen porque no me alcanzaría la Enciclopedia Británica para describirla.
Obviamente no somos Argentina, Bolivia, Colombia, Perú o Brasil , pero nadie podría olvidar casos como el Cangrejo Rojo, la Infidencia, los casinos que pierden dinero (único caso en la historia de la humanidad), un Vicepresidente formalizado, Ministros o Intendentes de todos los departamentos, desde Montevideo a Canelones, a Artigas o Paysandú o Colonia, envueltos en casos de apadrinamientos de parientes o amigos o favores sexuales. Sin embargo lo que sí juega en todas las canchas es el principio del ADN batllista de nuestra población, un ADN que no puede ser manoseado demasiado porque, el partido que lo haga, perderá las elecciones. Es como una especie de fantasma que atraviesa todos los sectores de nuestro país. Y el Pepe Batlle siempre está allí. Ese socialdemócrata, tirando a socialista (no marxista) que siempre vio el Estado como el centro de la RES PÚBLICA, de la cosa pública.
Mientras que el mundo entero comenzó, hace ya décadas, a ver los frutos de la libertad económica, de la desmonopolización constante y el libre mercado, queda, en muchos países de nuestro continente, una masa crítica romántica que aún le duele terriblemente reconocer dictaduras como Cuba, Nicaragua o Venezuela. Obviamente, también hay una masa crítica, mucho más chica, que sigue el romanticismo del sionismo o del nazismo. En el siglo pasado, quizás la primera que podría asemejarse (con mucha distancia pero en el mismo sentido) fue la Dama de Hierro que logró tener un Reino Unido más fuerte privatizando todo.
¿Como liberarse del liberalismo o del comunismo? Fórmulas mágicas no hay y la política sigue su continuo desgaste, casi tan rápido, por lo menos en Uruguay, que la credibilidad en el PIT-CNT.
¿Hace cuantas elecciones que escuchamos los politólogos decir que "la elección se decide por el centro político!". En estas también, que habrá que definir en pocos días, todos los calderines, llamadas hoy "redes sociales" (siempre redes son), apuntan al centro moderado. Quizás el que tiene más problemas y calderines más pequeños, es el FA que, sin dudas, perdió el centro desde que llegó el MPP y esa antigua lucha con el PCU, por su parte, propició también un crecimiento del comunismo.
En la otra coalición republicana que ya abre el paraguas sosteniendo que, ganen o pierdan, van hacia un lema único como lo hizo desde el principio el FA, tampoco es fácil la cosa. El crecimiento del PC fue a desmedro de la casi extinción de Cabildo Abierto y hubo 2 novedades de último año que tienen nombre y apellidos: Andrés Ojeda y Pedro Bordaberry. Este último, que prendió los motores hace pocos meses, ya vio como su lista logró superar holgadamente a la del mismo candidato colorado. Por el lado del PN, todos suponían que, con la sorpresiva inclusión de Valeria Ripoll a Vice, hubiera quedado cerca del 20%. Practicamente quedó con la misma proporción que obtuvo el actual Presidente.
En fin, todo esto me hace acordar al árbitro que, junto a los capitanes decide con una moneda para que lado se juega......es cara o cruz!
Stefano Casini es periodista. Empezó en Radio Clarín, su primer noticiero en 1968. Después continuó por L'Eco D'Italia, L'Ora D'Italia, Guía Financiera, suplementos en El País, El Observador, La República, fue 23 años Corresponsal de RAI, Gente dItalia, 5 años de Radio TV Suiza Internacional y 2 años de CNN.
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