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15.12.2024

Assad derrocado: Se complica Medio Oriente

La dinastía Assad en Siria llegó a su fin. Duró 14 años la dictadura de Bashar, alineada con los países que más odian a Israel y donde no existe prácticamente ningún derecho. 

Bashar Háfez al-Ásad nació en Damasco, el 11 de setiembre de 1965. Médico, político y militar sirio que ejerció la Presidencia de la República árabe  en los últimos 14 años. Sucedió a su padre Háfez y gobernó el país hasta ser derrocado hace pocos días. En sus 14 años de presidencia, Assad protagonizó una guerra civil que provocó millones de muertes siendo el líder de la rama siria del Partido Baaz Árabe Socialista.  Se graduó en la Escuela de Medicina de la Universidad de Damasco en 1988 y empezó a servir como médico militar en el Ejército sirio. Luego cursó estudios de posgrado en Londres especializándose en Oftalmología. En 1994, su hermano mayor Basel murió en un accidente de tránsito. Bashar volvió a su país para transformarse en heredero natural de su padre. Entró en la academia militar, y se encargó del Ejército sirio en Líbano en 1998. En 2000, se casó con Asma al-Ásad, licenciada en Informática y analista económica del Deutsche Bank. 

Esta larga guerra civil provocó muertes y daños a Siria y, en los últimos años, quien tomó las riendas de la rebelión fue el líder Abu Muhammad Jolani, quien fundó el ala siria de Al Qaeda (Jabhat an Nusra en 2012. Casi enseguida se separó de Al Qaeda internacional para crear una forma más pragmática de yihadismo político con base en el noreste. región de Idlib, en el oeste de Siria.  Justo en esta zona, a lo largo de los años, Turquía extendió su influencia política y militar directa y ocupó grandes zonas del noroeste y noreste de Siria. Jolani, tiene 42 años y es originario de la región de Damasco, aunque nunca admitió vínculos directos con el gobierno turco. A pesar de esto, es definido como un agente del sistema de poder del presidente turco Erdogan. 

Ahmed al-Sharaa, conocido por su nombre de guerra Al-Jolani, o al-Golani, conectándolo con los Altos del Golán sirio ocupados por Israel desde 1967, es un líder muy famoso y seguido por la prensa árabe desde el año 2012 cuando fundó Jabhat an Nusra. Desde que manda los insurrectos sirios, Estados Unidos puso un rescate de 10 millones de dólares por su cabeza.  Sintiéndose fuerte por sus conquistas y con muchas ganas de ganar credibilidad como interlocutor del próximo presidente estadounidense, Donald Trump, Abu Muhammad al Jolani, concedió una entrevista a la CNN hace pocos días: "El objetivo de la La revolución es el derrocamiento de este régimen", dijo, luciendo una barba menos amenazadora que su anterior tradición Qa'ida.

"Tenemos derecho a utilizar todos los medios disponibles para alcanzar este objetivo", dijo, asegurando, a las cancillerías occidentales la voluntad de sus milicias de no perjudicar los intereses de las comunidades cristianas y de otros grupos no suníes: "Nadie ha el derecho a borrar a otro grupo. Estas comunidades religiosas han coexistido en esta región durante cientos de años y nadie tiene derecho a eliminarlas", afirmó el líder rebelde.                                                                        

El Gobierno sirio cayó después de más de 50 años de mando de la familia Al Assad. Las milicias rebeldes, en apenas 12 días llegaron a Damasco para derrocar el régimen. La caída de Bashar al Assad puso fin a sus 14 años de lucha por mantenerse en el poder, mientras su país se caía a pedazos por esta terrible guerra civil.  

La caída de Al Assad contrasta con sus primeros meses como improbable presidente de Siria en el año 2000, cuando muchos esperaban que fuera un joven reformista. Su padre había sido un dictador durísimo y el pueblo esperaba a alguien más moderado. Con apenas 34 años, este oftalmólogo educado en Occidente, un blanco siempre super elegante,  era un fanático de la tecnología, aficionado a las computadoras y de buen carácter, pero, cuando empezaron las protestas contra su Gobierno en marzo de 2011, se mostró igual al padre, un dictador con todas las letras que puso su Ejército para aniquilar la insurrección. Pronto, ese levantamiento de 2011, se transformó en una verdadera guerra civil y Assad llamó al Ejército a bombardear las ciudades controladas por la oposición, con el apoyo de Irán y Rusia. Los grupos internacionales de derechos humanos acusaron a los centros de detención de Siria de torturar y ejecutar indiscriminadamente.

¿Que puede pasar ahora con un gobierno alineado a las ideas de Al Qaeda, algo similar a Afganistán? Se verá con la llegada al poder de Donald Trump, esa especie de brujo que evita todas las guerras, aunque no le va a temblar el pulso para amenazar un holocausto nuclear.

Stefano Casini es periodista. Empezó en Radio Clarín, su primer noticiero en 1968. Después continuó por L'Eco D'Italia, L'Ora D'Italia, Guía Financiera, suplementos en El País, El Observador, La República, fue 23 años Corresponsal  de RAI, Gente dItalia, 5 años de Radio TV Suiza Internacional y 2 años de CNN.