Hiroshima: la barbarie humana
William Marino
09.08.2024
''Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos. Sin memoria no existimos y sin responsabilidad quizás no merezcamos existir''. José Saramago
Ya al final de la segunda guerra los EE.UU. lanzo la la primera bomba atomica sobre una ciudad indefensa del Japón, país que estaba a punto de rendirse en el extremo oriente del pacifico. Como siempre decimos deberíamos pensar y analizar un poco más la historia de este bendito mundo. Talvez como dice Saramago, ''no merezcamos existir''. Porque el mundo se va olvidando, o mejor dicho los medios de comunicación y el poder político unido al gran poder militar, van transformando ese holocausto, en uno banal y que no se puede evitar. Cuando es todo lo contrario.
En Europa la Alemania nazi ya había sido derrotada, con la toma de su capital Berlín, el 30 de abril por parte del Ejercito Soviético. Su rendición final fue el 9 de mayo. Pero una guerra seguía su curso en el Pacifico, Japón no se rendía. A finales del mes de mayo, durante dos días casi ininterrumpidamente, será bombardeada Tokio, por más de 200 aviones que tiraran mas 4.500 T. de bombas el primer día y más de 4.000 T. de bombas el segundo día, son decenas de miles los muertos civiles. Japón seguía resistiendo.
En EE.UU. desde 1942, que estaba en marcha el ''Proyecto Manhattan'' donde se trabajaba en la creación de una gran bomba, que era considerada como "terrorífica". Su primera idea era lanzarla sobre Alemania, pero al parecer los tiempos no dieron. El lunes,16 de julio de 1945, era una mañana muy fría en Alamogordo, estado de Nuevo México, lugar que es casi desierto, los nativos lo llaman "Jornada del Muerto", se hallaban reunidos, bajo la dirección del Gral. Leslie Groves, unos 425 científicos y técnicos pues a treinta y cinco kilómetros ahí, se iba a realizar la primera explosión atómica del mundo. Lo que no se sabía era que iba a suceder en sí. La prueba que se pensaba realizar en plena madrugada, se tuvo que aplazar por mal tiempo, para ser realizada a las 5 h. 29 m. y 45 s. Lo que sucedió era algo que casi nadie creía que podía pasar, todo se desarrollo a una velocidad vertiginosa, ya que ningún ojo humano puede captar algo que sucede en una millonésima fracción de segundo, y el cerebro tampoco. Robert Oppenheimer, el llamado Padre de la bomba atómica y todos sus ayudantes se encontraba en un bunker de cemento, desde allí pudieron observar a la distancia, el hongo que se formo luego de la explosión atómica. La bomba había sido colocada en una inmensa torre de acero de 30 metros de altura, luego de la explosión dejo un cráter inmenso de uno 7.50 metros de profundidad y el inmenso hongo se elevo hasta una altitud de 12.000 metros. Las ventanas y puertas temblaron hasta una distancia de 400 Km.
Un periodista observador, dijo que "era una luz de otro mundo, una luz en un solo sol, pero el brillo de muchos soles. En una fracción de segundo la nube subió más de dos mil metros, subiendo cada vez mas hasta tocar las nubes". Luego se dirá que "muchos observadores quedaron como petrificados, enraizados a la tierra, por una mescla de terror y miedo reverencial ante la inmensidad del espectáculo". El Brigadier Thomas Farell, fue el único que se alegro con dicha explosión al decir: "podemos calificar muy bien los efectos, como algo sin precedentes, magnifico, hermoso, estupendo y terrorífico. Nunca se había producido un fenómeno de un poderío tan espantoso que fuese obra del hombre". Robert Oppenheimer habría manifestado una línea del libro sagrado de los hindúes: "me he convertido en la muerte, la destructora del mundo". La desintegración o fusión del átomo había liberado la mayor cantidad de energía que pueda imaginar la mente humana, la destrucción total de una ciudad en fracción de segundos.
Por esa fecha, julio de 1945, más de un centenar de las grandes ciudades estaban desbastadas, destruidas e incendiadas, solo cuatro ciudades permanecían casi intactas: Hiroshima, Kioto, Sapporo y Nagasaki. Los japoneses, oponían un resistencia feroz, que los americanos jamás esperaron, la ocupación de las islas japonesas, era muy lenta, fruto de esa resistencia, había que "escarmentar a esos amarillos" con una lección ejemplar. El secretario de Guerra Henry Stimson, responsable del Programa atómico ante el Presidente Truman, es al parecer el que propone ahorrar vidas americanas, tirando una, luego serán dos, bombas atómicas sobre ciudades japonesas, como manera de obligar a la rendición del ejército imperial. Como bien lo dirá el presidente Truman, "la bomba es un arma militar y yo nunca abrigue la menor duda acerca de la necesidad de emplearla y los principales consejeros militares de la Presidencia aconsejaron emplearla, más que nada porque esta podía obligar a la rendición de Japón". 6 de agosto. Hora 8 y 15. Una ciudad Hiroshima, con una población de 343.000 en una superficie de unos 18 km2. Unos segundos después, habían muerto más de 100.000 personas, un 99 % civiles y desaparecido la edificación en más de 11 km cuadrados. Un solo avión un B29, con un nombre "Enola Gay", paso por la ciudad y dejo caer una gran caja desde unos 8.000 metro de altura explotando a unos 300 de la tierra, para ser más eficaz. Eran 18.000 toneladas de dinamita. La gente que estaba en un radio de mil metros, murieron en forma instantánea, el calor producida en ese núcleo central llego a mas de 5.000 grados. Era un avión solo dirían algunos sobrevivientes, por eso no se toco la alarma para que la gente bajara a los refugios. Tres días después vendrá desde el cielo otra carga atómica esta vez sobre Nagasaky, a las 11 horas y 02 minutos, la bomba será de más de 20 kilotones, aquí casi 200.000 personas, entre muertos heridos y desaparecidos.
En ambas ciudades sus ciudadanos aun sufren las consecuencias de la irradiación de dichas explosiones. E año en Hiroshima, se reunieron nuevamente unas 50.000 personas en el Parque Conmemorativo de la Paz, el Alcalde de la ciudad Kazumi Matsui dijo nuevamente estas palabras: "mientras haya armas nucleares y lo políticos amenacen con usarlas, el horror podría saltar al presente en cualquier momento". Solo en Hiroshima los muertos al día de hoy ascienden a 308.725 personas. Hoy pocos medios de comunicación, recuerdan este aberrante bombardeo a dos poblaciones civiles con más de 500.000 muertos civiles. Como todos los años es mi recordatorio a un nuevo aniversario, el 79, de la barbarie que es capaz de cometer el ser humano.
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