MOVILEROS
Cartas a los dictadores
29.01.2019
MONTEVIDEO (Uypress/ por Ignacio Núñez Vaghi) - En el siglo pasado, actores políticos de nuestro país han manifestado su respaldo a figuras y gobiernos extranjeros cuya ideología o régimen están en contraposición a nuestra tradición republicana.
Estas muestras de apoyo han sido manifestadas por personas de relevancia de todos los partidos y constituyen episodios bochornosos en la historia de nuestra país. Algunos ejemplos son el apoyo expresado por algunos sectores nacionalistas para con la Falange Española, apoyando a ésta, como también un presidente colorado quien rompió relaciones con la República española, adhiriéndose a la causa falangista y luego estableciendo vínculos con la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler. El Frente Amplio no está exento de estas vinculaciones, un ejemplo siendo la carta enviada por un ex-canciller para con el dictador rumano Nicolai Ceausescu felicitándolo por su gestión frente al pueblo, días previos de ser derrocado por la población rumana. Hoy en día, sería inconcebible que figuras democráticas apoyarán regímenes totalitarios como el nazismo, el stalinismo o el fascismo..
Estos días, estamos siendo testigos de una nueva muestra de respaldo que quedará marcada como un momento oscuro en la historia del país y, en particular, del Frente Amplio. El apoyo incondicional que ha tenido el partido de gobierno para con el régimen de Maduro está llegando ahora a su punto crítico. En una Venezuela que está en plena crisis institucional, con violencia en las calles, arrestos y muertes, Uruguay queda solo con Bolivia en países sudamericanos que dan su apoyo al régimen de Maduro, mostrando claramente las contradicciones democráticas que existen en la coalición de izquierda.
Lo que queda en evidencia es que la postura del gobierno, no refleja la opinión de gran parte de la población, quien ve en él un apoyo explícito al totalitarismo, inconciliable con nuestra historia republicana y democrática. El tiempo dirá el desenlace que tendrá la situación venezolana, pero lo que sí es claro, es el lado de la historia en la que va a quedar el Uruguay y, en particular, este gobierno. Personalmente, yo confío en que, en la ciudadanía uruguaya primará la conciencia democrática y la tradición republicana frente a posturas dogmáticas e intolerantes.