Manifestación

Crónicas de las marchas en Venezuela

08.04.2017

CARACAS (Uypress)- Por Ángel Oropeza: La primera procesión de Semana Santa

La siguiente es una reflexión escrita por un ex alumno de la Universidad Católica Andrés Bello, hoy un brillante psicólogo. Por razones obvias pide que no se divulgue su nombre. Lo que si importa es lo que transmite, con una inteligente mezcla de objetividad y sentimiento, lo se vive hoy en Venezuela.

"Ayer fue mi primera marcha luego de casi tres años. Tiempo que ha pasado cómo décadas en la cara de la gente y que ha pasado como un instante en la vigencia de la lucha.

Me acosté a dormir y no paro de pensar en las cosas que vi en la marcha de ayer. En esta marcha vi muchas de las caras de amigos y compañeros de lucha, pero vi los sentimientos en otro nivel.

Fue una marcha no de medio millón de personas, pero una marcha con un nivel de compromiso que te baña en humildad y orgullo de caminar junto a gigantes.

Vi gente que se desmayaba con gases lacrimógenos vencidos, eran rescatados por extraños y que volvían a estar adelante a los pocos minutos. Iban adelante, perdían el conocimiento, y volvían a estar al frente de la marcha.

Vi marchar a la gente con menos cantos que antes, con una respetuosa ausencia de un optimismo vacío, pero llenos de determinación personal. La gente no marchaba por rechazar leyes, la gente marchaba por su dignidad.

Creo que fue una marcha muy personal para todos los que estaban ahí. La causa es personal y cada quién tiene la suya. Se marchaba como una procesión. Solemne. Determinada. Sin esperar una victoria, sólo caminando para asegurarnos a los nuestros y a nosotros mismos que nuestra dignidad está intacta. Que nos pueden quitar mucho, pero no eso. No la voluntad de seguir.

No nos quitarían el orgullo de estar ahí.

Vi una diversidad en la gente que era como un estandarte. Gente de partidos, estudiantes universitarios, jóvenes con capuchas. Venezolanos cuyo cuerpo y ropa no esconde la dureza de su vida.

Venezolanos que tienen mil opciones y eligen ésta. Abuelas con dificultad para caminar a rango de las bombas. Mujeres con sus moños amarrados gritando resistencia. Compañeros con guantes y máscaras para devolver las bombas; y gente que la devolvía con la mano pelada y la furia en sus ojos.

Ayer vi actos de valentía que son para no menos que una medalla. Y la mayoría de estos actos se quedarán anónimos. Por suerte, algunos serán inmortalizados como símbolos de la mejor versión de lo que podemos ser. En lo personal, intentaré honrarlos. Recordar el sacrificio de unos pocos por tantos.

Hace poco discutía con un amigo si pensaba que este era el momento de un cambio. La verdad, es que optimista quizás no estoy. Pero sí muy satisfecho de haber visto lo que vi.

No sé si el cambio viene. Pero sí sé que aquí hay gente que le quitaron todo menos su dignidad. La lucha ya trasciende algo político, yo ayer vi una lucha de gente que pone su propósito por encima de su felicidad. No de gente inconsciente del riesgo, sino lleno de grupos de amigos que avanzan aterrados, empujados por el compromiso del uno con el otro.

No es una lucha sin miedo, es una lucha más allá del miedo; que se libra en el escenario de la calle y el templo de cada alma."

Coberturas Especiales
2017-04-08T18:19:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias