DÉCIMA ENTREGA
Cuentos & versos en cuarentena
26.06.2020
MONTEVIDEO (Uypress) - Les presentamos los trabajos de quién firma C.M.V.E. y de María Eugenia Mallada. Les recordamos que los lectores podrán hacer llegar sus textos hasta los días jueves a: uypress@gmail.com.
Los textos de este viernes son:
"Sólo por la avenida", de C.M.V.E
"El Silencio del Bosque", de María Eugenia Mallada
Sólo por la avenida
C.M.V.E.
¿Qué hago yo
caminando sólo por la avenida?
Esos focos no iluminan a nadie.
Ese silencio me aturde.
El coche, ¿por que marcha tan despacio?
El silencio.
Un perro husmea.
El rozar de los zapatos
me recuerda alguna cosa.
La moto, ¿por qué tanto ruido?
Crucé con la roja.
¿Imagino esa vocecita?
¿Y el resplandor en esa celosía?
Pero no hay miedo.
Hay cortinas de metal corrugado.
Un resplandor amarillo malsano
me empapa desde el pavimento húmedo.
Pero todo huele a miedo.
No estoy solo.
Quizá me miran
tras la ventana.
Solo por la avenida.
Alertas porque la peste anda suelta.
Yo no voy a ningún lado.
Hace rato que estoy quieto.
Nadie abriría una puerta.
No estoy solo.
Tras los balcones,
y en la manzana, más atrás
hay gente preguntándose
si no salen por cuidarme.
Yo solo y sin un tapabocas.
Solo.
A la intemperie.
Esperando todos que pase algo.
El Silencio del Bosque
María Eugenia Mallada
Vivo en un vecindario super poblado, no solo poblado sino que diverso.
En los pisos de arriba los pájaros tienen sus hogares, pero cuando digo pájaros, hablo de muchas especies que habitan las copas de árboles y en muchas instancias los escucho cantar.
En el suelo, los hongos tejen un sin fin de redes donde vivir y se asoman tímidamente en busca de sol.
Las abuelas arañas que ocupan todos esos lugares olvidados, inhabitables y ellas tejen sus casas y reinventan esos espacios.
También tengo varios vecinos que no se dejan ver, pero escucho sus ágiles pasitos en las hojas secas.
Tengo vecinos que rara vez veo, como la serpiente larga verde que en pocas ocasiones atraviesa el terreno para volver a su casa.
Y algunos vecinos que jamás veré, algunos quizás con mi llegada al vecindario se hayan mudado, porque ya saben, tú, yo, nosotros, nuestra especie tiene mala fama.
Pero siento que aún tenemos una oportunidad.
Y entre las ramas de las acacias entra el sol y en el silencio de una forma casi imperceptible se puede escuchar la diversidad de vida.
Y en ese mismo silencio aprendo que todo puede coexistir en armonía y que cada uno realiza su misión, que no es más, que la belleza de Florecer.
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias