Calle Jeando
El Banco País, ¡pa'los contra!
10.12.2019
MONTEVIDEO (Uypress/DFP) – El Banco País a veces es tan pero tan país, que se olvida de la gente que habita el país.
Este breve relato no pretende ser un anatema ni una invocación a los santos privatizadores... tampoco una defensa cerrada del estatismo o sus cultores. Simplemente es el racconto de una experiencia personal.
En casa tenemos una tarjeta de crédito Master emitida por el Banco de la República Oriental del Uruguay, una Master-BROU. En realidad "tenemos" es ya una expresión en pasado, pero permítanme contarles.
A través de esa tarjeta lo único que hacemos es -desde hace tiempo- debitar servicios de salud de la familia, ya que no da para otra cosa el saldo disponible, y está asumida para eso. Puntualmente la mutualista descuenta cuotas, medicamentos y consumos, y puntualmente abonamos.
Pero que no te vaya a suceder lo que a nosotros.
El vencimiento de pago es generalmente alrededor del 20-25 de cada mes. El día 20, como no había llegado el estado de cuenta, ingresamos a e-BROU para poder chequear vencimiento y saldo. Efectivamente, el vencimiento era al día siguiente, 21, fecha en que tampoco llegó el estado de cuenta.
Conscientes de que es una tarjeta que genera "ciertos problemas", me armé de paciencia en la tarde del día 21 y fui a un local de Redpagos, munido de tarjeta, número de cuenta, importe a pagar.
- ¿Master BROU? Dijo la simpática joven cajera, con los pelos casi parándosele como si hubiera viso a Satanás en persona. No señor, pruebe en Abitab. Acá no podemos.
- Pero si con cualquier otra tarjeta uno la presenta y al pasarla por el lector me dicen importe a abonar y no hay problema.
- Sí, pero esta es especial.
Fui a Abitab. Podría repetir exactamente el mismo texto de la conversación anterior, solo que en esta ocasión el cajero era un joven al que también los pelos se le pararon cual si Satanás en persona se hubiera aproximado a la ventanilla.
Claro, ya era tarde y estaba todo cerrado, por lo que nos resignamos a efectuar el pago al día siguiente, 22, conscientes de que nos haríamos acreedores en el siguiente resumen a una multa por pago atrasado, mora, re mora, etc. y etc. Pase lo que pase, uno siempre termina pagando.
El día 22 decidimos tomar el toro por las astas y nos dirigimos directamente al BROU, sucursal Shopping Punta Carretas. Nos atiende un joven muy atento en la recepción y nos da el número para ser atendidos por una oficial de cuenta, ejecutiva de cuenta o cómo se denomine.
Rápidamente somos convocados al escritorio. La joven, diligentemente, accede al saldo.
- Lo puede pagar por eBROU.
- Pero no tenemos cuenta en el BROU. ¿No se puede transferir de otro banco?
- ¡Nooooo!, como si significara una violación a la soberanía nacional.
- ¿No hay forma de, al acceder al estado de cuenta, poder imprimir el ticket de pago, con el código de barras, como se hace normalmente con cualquier tarjeta de crédito?
- No señor, eBROU no es para eso, lo que me hizo pensar que los programadores contratados por el BROU, o quienes les brindaron las instrucciones, estuvieron ausentes el día que en Facultad se dictó la asignatura Código de Barras III.
No sin diligencia, nos imprimió una hoja con un código de barras, número de cuenta, importe, etc.
- Y ¿no la puedo pagar en la caja?
- Sí, claro, pero en una sucursal que tenga cajas, nosotros no tenemos. Con esto puede probar en un Abitab, o si no en la buzonera.
- Ah, ¿puedo en la buzonera?
- Sí, claro
Nos dirigimos a la buzonera; emoción, vamos a poder pagar (¡cómo será la cosa si el banco tuviera que pagarnos a nosotros!). Toque en cualquier lado de la pantalla, introduzca número de documento, teléfono, número de cuenta, número de subcuenta... ¿subcuenta?
- Joven, disculpe, me pide número de subcuenta
- A ver; pero este número no le sirve, es viejo.
- Me lo acaban de dar en el mostrador.
- A ver...
Conciliábulos varios, empleados que se consultan, pero es una tarjeta de crédito, que pague por eBROU, no tiene cuenta en el BROU, ¿no tieneeeeee? Y me miran como a la lepra.
- Por favor, quiero pagar, ¿ustedes entienden? Quiero pagar, ¿cómo puedo hacer para pagar? No quiero llevarme plata, quiero pagar...
La incertidumbre se dibuja en todos los rostros.
- ¿Acá no hay caja?
- No señor
- ¿Cuál es la sucursal más cercana con caja?
- Montevideo Shopping (como quien dice a la vuelta).
Allá nos dirigimos. Había caja. Sacamos número. Pagamos. Sacamos número y dimos la baja de la tarjeta que verificamos fue cortada en varios pedacitos. Nadie nos preguntó por qué queríamos dar la baja, si estábamos desconformes con algo, cómo podían hacer para mantener el cliente, nada.
¡Es el banco país!
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias