¿Cuántos más habrá?
Espanto: más de 300 sacerdotes católicos acusados de abuso sexual en Pensilvania
15.08.2018
WASHINGTON (Uypress) – Un extenso y detallado informe de más de 1.300 páginas del gran jurado estatal implica a más de 300 sacerdotes y 1.000 víctimas infantiles en casos de abuso sexual.
Ya es muy difícil tapar el sol con un dedo y la brutalidad de los casos de abuso sexual por parte de sacerdotes católicos parecen estar haciendo cada vez más mella en la credibilidad de la Iglesia.
Un lapidario informe del gran jurado ha revelado este martes que más de 300 sacerdotes abusaron de niñas y niños durante las últimas siete décadas. Esta investigación, que logró identificar a más de 1.000 víctimas infantiles, es la más exhaustiva que se ha llevado a cabo sobre al abuso sexual en la Iglesia Catóilica de Estados Unidos. A la brutalidad de los hechos, se le agrega el "encubrimiento sistemático por parte de altos funcionarios de la iglesia en Pensilvania y en el Vaticano", según reveló el fiscal general del Estado, Josh Shapiro.
Los sacerdotes que estaban al tanto de la situación decidieron proteger a la iglesia y a los abusadores, antes que a las víctimas: "Lo principal no era ayudar a los niños, sino evitar el escándalo", afirmó el fiscal en una conferencia de prensa.
Según da cuenta El País de Madrid, como consecuencia del encubrimiento, "casi todos los casos de abuso que encontramos son demasiado viejos para ser enjuiciados", aclaran los investigadores en el informe. Y aunque consiguieron identificar a más de mil víctimas infantiles, remarcan que el número real -entre los casos que se perdieron y los de los niños que no se atrevieron a acusar- es "miles".
El documento de casi 1.400 páginas publicado por la Corte Suprema de Pensilvania describe el comportamiento de los sacerdotes pederastas de seis de las ocho diócesis del Estado. La mayoría de las víctimas eran adolescentes y preadolescentes: "Algunos fueron manipulados con alcohol o pornografía. A algunos les hicieron masturbar a sus agresores, o fueron manoseados por ellos. Algunos fueron violados oralmente, algunas vaginalmente, algunos analmente", denuncia el texto.
La investigación acusa a los líderes de la iglesia de desalentar a las víctimas de denunciar los crímenes. "Varios administradores diocesanos, incluidos los obispos, a menudo disuadieron a las víctimas de denunciar abusos a la policía, presionaron a las fuerzas del orden público para que cancelaran o evitaran una investigación o llevaron a cabo su propia investigación deficiente y sesgada sin informar los crímenes contra los niños a las autoridades correspondientes", afirma el documento.
El fiscal Shapiro narró algunos detalles de los abusadores, como que les entregaban cruces de oro a los niños abusados para distinguirlos de los otros. También contó el caso de una niña que fue violada por un sacerdote y que quedó embarazada. Shapiro leyó una nota donde un religioso mostraba su empatía y compasión por la situación que estaba viviendo. La carta estaba dirigida al violador, no a la víctima. La red de protección entre los religiosos queda de manifiesto en una serie de historias que describe el documento. En la diócesis de Erie, por ejemplo, un sacerdote le confiesa al obispo que violó al menos 15 niños, uno de ellos de siete años. El líder religioso lo felicita por ser una persona "sincera" y por lograr "avanzar en su adicción".
La publicación sale a la luz semanas después de que Theodore McCarrick, un exarzobispo de Washington de 88 años, renunciara como cardenal. La destacada figura en la iglesia estadounidense presentó su dimisión al Papa Francisco después de que se le acusara de abusar sexualmente de niños y adultos desde el inicio de su vida religiosa, hace 50 años.
Las 1.356 páginas del informe d están repletas de descripciones escalofriantes y de crudos ejemplos de impunidad. La investigación revela que durante todo el tiempo la cúpula eclesiástica católica encubrió y toleró muchos de los abusos perpetrados por más de 300 sacerdotes.
Las pesquisas destapan además un esquema despiadado de tolerancia a la pederastia en 54 de los 67 condados de Pensilvania, en algunos con la connivencia de la Fiscalía. Sin embargo, la mayoría de los abusos han prescrito por haberse cometido hace tiempo o sus autores ya están muertos. Solo dos de los casos en el informe han derivado actualmente en imputaciones delictivas, aunque las revelaciones también salpican a cargos actuales, como Donald Wuerl, el cardenal de Washington que entre 1988 y 2006 lo fue de Pittsburgh.
"Pese a algunas reformas institucionales, en general los líderes individuales de la Iglesia han evitado una rendición de cuentas pública. Los curas estaban violando a pequeños niños y niñas, y los hombres de Dios que eran responsables de ellos no solo no hicieron nada sino que lo ocultaron todo", reza la conclusión de la investigación.
Los investigadores se quejan de no haber recibido documentación reciente. Aun así, las pesquisas sugieren que, pese a las reformas prometidas por la cúpula eclesiástica estadounidense desde el escándalo de abusos descubierto en Boston en 2002, los patrones de encubrimiento no han desaparecido del todo.
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias