Este es el circo romano mejor conservado del mundo
23.11.2023
ROMA (Uypress)- El circo fue el edificio que acogió el mayor espectáculo de la antigua Roma. Junto al teatro y al anfiteatro, formaba la tríada por excelencia donde los romanos acudían a disfrutar del tiempo de ocio. Sin embargo, aunque se pueden visitar anfiteatros como el Coliseo e incluso se siguen representando obras en algunos teatros romanos hoy día, el público suele llevarse una desilusión cuando acude a ver un circo romano, según nota de revista Muy Interesante.
Fran Navarro, historiador y experto en documentación, escribe desde la mencionada revista científica: "Y aquí estaba el Circo Máximo", escuché una vez a un guía turístico en Roma señalando una larga explanada con una pequeña colina rodeando el espacio. Los visitantes elevaban las cabezas buscando más ruinas o alguna piedra, pero aquello parecía un parque y dejaba todo el trabajo a la imaginación. Esto suele ser lo habitual a la hora de "ver" un circo de la Roma antigua, pero existe una ciudad con un estadio donde el tiempo no ha dañado la estructura hasta reducirla a un parque para el ojo desentrenado. Afrodisias, en la actual Turquía, alberga el circo romano mejor conservado del mundo.
¿Qué era un circo romano?
Basado en los estadios que construyeron los griegos, los romanos tomaron esta estructura para sus circos, donde tenían lugar las famosas carreras de carros tirados por caballos, en las que la categoría estrella eran las carreras de cuadrigas. Los juegos circenses tenían lugar en una arena alargada en forma de óvalo, con una valla que dividía en dos mitades el terreno, conocida como spina. Rodeando toda la pista se levantaban gradas donde el público tomaba asiento y a las que accedían por los vomitorios (no, no eran para que los romanos vomitaran y seguir comiendo, eran los pasillos de entrada y salida del público). En este espacio se celebraban competiciones de todo tipo entre atletas dedicados al boxeo, a correr, saltar, lanzamientos de peso o jabalina, una herencia más que los romanos tomaron de los griegos, a lo que se sumó las mencionadas carreras de caballos.
"La importancia que tenían los espectáculos en Roma era tal que, durante los días destinados a su celebración, se suspendía todo tipo de actividad profesional, comercial y pública, lo que facilitaba la asistencia de la población a los actos. Esta situación llevó a que los espectáculos se convirtieran en el Imperio en un fenómeno político y social de primera magnitud, y el hecho de que el Estado y los magistrados los organizaran gratuitamente (o cobrando una entrada a precio irrisorio) para los más desfavorecidos hizo que los ciudadanos pronto los consideraran como un derecho más, que las autoridades procuraron satisfacer, evitando de esta forma las posibles revueltas. Junto con los repartos gratuitos de trigo, los espectáculos ayudaron a que la plebe perdiese casi todo el interés por la política y se preocupara tan solo del famoso «pan y circo» que denunciaba Juvenal".
Ruinas romanas
Toda ciudad importante que se preciara del Imperio romano debía tener su propio circo. Estos recintos superaban los 100 metros de longitud de manera habitual y podían extenderse hasta los más de 600 metros de largo que medía el Circo Máximo, en Roma, el mayor de todo el imperio. Sin embargo, en cuanto dejaron de utilizarse estos edificios, sus enormes espacios acabaron siendo ocupados por viviendas u otros usos, imposibilitando la conservación de la mayoría de las estructuras que alguna vez formaran parte de un circo. Es por ello que los yacimientos arqueológicos de ciudades romanas que tuvieron circo tienden a delimitar el espacio que ocupó el edificio y poco más pueden mostrar. Mínimas excepciones suponen los circos romanos situados en lugares de España como Mérida o Tarraco, que conserva parte de una de sus cabeceras y uno de los vomitorios.
En ningún caso pueden igualarse el circo romano conservado en la ciudad de Afrodisias, en la actual Turquía. Se trata de una ciudad desconocida por el gran público, pero alberga un yacimiento arqueológico con edificios y esculturas construidos con un mármol de una calidad extraordinaria, extraído de canteras cercanas a la localidad. De origen griego, la ciudad debe su nombre a la diosa Afrodita y fue uno de los enclaves más famosos de la antigua región de la Caria debido a sus bellas construcciones y monumentos ricamente decorados con relieves de gran calidad artística.
Además de un templo de Afrodita, una puerta monumental con cuádruple arco, unas termas o el complejo conocido como Sebasteión, se considera que Afrodisias tiene el circo romano mejor conservado del mundo. Con unos 270 metros de longitud y 60 metros de anchura, impacta observar el graderío 2000 años después de su construcción que tenía una capacidad para unos 30 000 espectadores. Incluso se mantienen intactas inscripciones en algunos asientos que los marcan como reservados para ciudadanos ilustres o gremios cuyos integrantes podían ocupar esa zona del estadio. Sería algo así como los palcos de nuestros teatros y estadios actuales.
Abandonada a partir del siglo VII tras sufrir unos terremotos que mermaron a la ciudad, el enclave y su museo suponen una de las visitas más singulares de cuantas localizaciones arqueológicas dejó regadas el Imperio romano por todo el Mediterráneo.
Foto: Esto es lo que vemos hoy donde un día estuvo el Circo Máximo de Roma / Gerald Heinisch / iStock
Referencias:
Avial Chicarro, L. 2018. Breve historia de la vida cotidiana del Imperio romano. Nowtilus.
Elliot, J. 2017. Afrodisias, la ciudad asiática mimada por Roma. Historia y Vida 587.
Engracia Muñoz-Santos, M. 2022. Gladiadores, fieras, carros y otros espectáculos en la antigua Roma. Síntesis.
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias