Los drones y la guerra. Cambios tácticos en la guerra de drones
22.04.2025
MONTEVIDEO (Uypress/Enrico Tomaselli, analista geopolítico italiano) - Como es sabido, la guerra en Ucrania no solo representa una oportunidad extraordinaria para probar sistemas de armas en condiciones de combate real, sino que también es el terreno desde el que, precisamente a partir de la experiencia de combate, surgen nuevas armas y, por tanto, nuevas tácticas.
Un elemento que ha producido novedades significativas ha sido el uso de drones FPV, tanto para la observación y el reconocimiento como para el ataque (en modo kamikaze, o bien utilizando las armas de a bordo), y por último también en versión dron antidron, para la interceptación en vuelo de aeronaves enemigas.
Este nuevo elemento, caracterizado por su bajo coste y su gran flexibilidad operativa, se reflejó inmediatamente en el comportamiento táctico-operativo de las fuerzas sobre el terreno, limitando por un lado la operatividad de los medios blindados, especialmente los más ligeros, particularmente expuestos a este tipo de ataque1, y, por otro, haciendo más inseguros tanto el movimiento como el acuartelamiento de la infantería2. Como resultado, ambos ejércitos han reducido mucho los movimientos de las grandes unidades, mientras que el uso de los carros de combate ha pasado a apoyar de cerca a las pequeñas unidades de infantería.
Durante la primera fase de los combates, estas aeronaves teledirigidas, al igual que las de uso civil de las que derivan, utilizaban radiocontroles para ser manejadas por el operador, lo que las exponía a contramedidas electrónicas de los jammers enemigos, reduciendo progresivamente su eficacia. El siguiente paso fue, por tanto, la llegada de la FPV de fibra óptica; el dron está conectado al operador por un cable de fibra muy fino, que se desenrolla a medida que el dron se aleja del punto de lanzamiento. Esto, obviamente, impone límites físicos al radio de acción de los propios drones, pero esto se compensa en gran medida con la inmunidad al jamming.
En cualquier caso, incluso este nuevo modo de control sigue estando vinculado a la (relativa) proximidad del operador, que normalmente se encuentra cerca de la línea de contacto.En esta fase, se han desarrollado las drones anti-drones3, para compensar la reducida eficacia de las contramedidas electrónicas, así como nuevas tácticas de uso.
Los operadores rusos, por ejemplo, además de la táctica habitual de volar en busca de un objetivo, han comenzado a utilizar drones para tender emboscadas: el dron se apoya en el suelo, cerca de una carretera o de una vía de tránsito de los vehículos enemigos, a la espera de que pase un objetivo apetecible; en ese momento, el dron despega y ataca.
También por parte rusa ha surgido ahora una novedad significativa, destinada a cambiar una vez más el escenario. El nuevo dron, de hecho, presenta una característica completamente nueva: el control de la aeronave ya no se realiza a través de un operador situado al otro extremo del cable de fibra óptica, sino que puede pilotarse a distancia. En el primer uso operativo, por ejemplo, los drones eran controlados por operadores que se encontraban en un centro de mando en Moscú, a más de mil kilómetros de la línea de fuego.
La aparición de esta última generación de drones FPV, evidentemente, conlleva toda una serie de repercusiones muy relevantes. En primer lugar, al alejar la conducción de la línea de fuego, se protege a los operadores de los riesgos asociados a una zona de combate; a su vez, esto implica que, en perspectiva, aumentará el número de operadores capacitados, sin estar sujetos a pérdidas, y por lo tanto será posible aumentar también el número de drones utilizados.
La creación de centros de operaciones remotos también permitirá utilizar al mismo grupo de controladores en el sector de la primera línea donde más se necesiten, sin tener que desplazarlos físicamente, así como concentrar masivamente el uso de drones, en caso de que se requiera su uso. También la coordinación entre varios frentes será más fácil. Esto proporcionará una ventaja operativa a quien logre implementar primero, y de manera masiva, esta nueva modalidad de uso.
Por último, cabe destacar que, hasta la fecha, predomina claramente el uso guiado de drones de combate, mientras que no hay noticias de un uso significativo de drones autónomos (que utilizan la IA para buscar, identificar y atacar objetivos), ni mucho menos del uso de grandes enjambres (que a su vez necesitan la IA).Ya veremos en un futuro próximo si habrá o no evoluciones en esta dirección (que sin duda se está estudiando en China).
Notas
1 - Para proteger los tanques y la artillería autopropulsada de los ataques, se han desarrollado, primero de forma artesanal y luego de forma más planificada, redes y jaulas de protección con el fin de alejar el punto de impacto del blindaje propiamente dicho, especialmente cerca de los puntos débiles.
2 - La extrema flexibilidad de los FPV ha hecho posible su uso para ataques dentro de las trincheras enemigas, donde los entornos cerrados aumentan el impacto explosivo.
3 - En algunos casos se trata de drones kamikaze, que atacan directamente al dron objetivo; en otros, están armados con un rifle de cañón corto, capaz de disparar al objetivo a corta distancia.
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias