“UN CAPÍTULO MUY OSCURO”
Pablo Milanés: La revolución cubana tuvo “campos de concentración”
30.03.2018
SANTIAGO DE CHILE (Uypress)- El cantautor cubano Pablo Milanés, uno de los fundadores del Movimiento de la Nueva Trova y considerado entre las principales figuras de la música hispanoamericana, ha descrito las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), que existieron en su país, como “campos de concentración”.
En una reciente entrevista, realizada el 29 de marzo, con el diario chileno La Tercera, Milanés habló de las UMAP como "un asunto muy oscuro de la historia de la Cuba revolucionaria" adonde fueron enviados a "reeducarse", por órdenes de Fidel Castro, miles de jóvenes.
"Fue condenar a miles de muchachos jóvenes a campos de concentración simplemente porque pensaban libremente, ni siquiera porque pensaban lo contrario, sino porque eran librepensadores y tenían opiniones", expresó el trovador, quien estuvo internado en uno de esos centros de reclusión.
Las UMAP funcionaron entre 1965 y 1968 y el mismo Pablo Milanés fue sometido allí a trabajos forzados y adoctrinamiento. Logró escaparse a La Habana y entonces fue encerrado por desacato.
"Siempre lo recuerdo, pero nadie lo refleja nunca. Hago muchas entrevistas en Cuba y cuando hablo de la UMAP es como si hablara del diablo, porque es una pena que se lleva dentro, no han podido corregirla ni pedir perdón tampoco por lo que hicieron", recordó.
"Y no hablemos más de eso, porque fue un asunto muy muy oscuro de la historia de la Cuba revolucionaria: hubo campos de concentración. Fueron 50 mil jóvenes los que estuvieron en los campos de concentración, y entre ellos yo también", añadió.
Sin embargo, Milanés afirma que siguió creyendo en la revolución "porque yo soy revolucionario".
"Ellos no, yo sí", recalcó.
El músico no espera que el Gobierno cubano pida perdón alguna vez. "He dicho que pidan perdón", afirmó, "pero no lo han hecho".
Entrevista completa
¿Nunca vio el retiro o una pausa prolongada como algo posible?
No, nunca lo he contemplado. Cuando era más joven, cuando tenía treinta y pico de años, dije: 'cuando llegue a los 50 me voy a retirar'. Hoy tengo 75 y no pienso en lo absoluto en retirarme. Yo no concibo la jubilación. No sé qué soledad, qué tristeza, qué repercusión puede tener en el espíritu humano la jubilación, pero realmente yo no la concibo.
Y está claro que Milanés no concibe la existencia sin trabajar. Su adultez artística se sintetiza en un bellísimo y evocativo disco (Renacimiento, de 2013), donde viaja hasta las raíces de la tradición cubana, al son, la conga y el guaguancó; un proyecto de piano y voz (Flores del futuro) que lo une bajo pinceladas jazzísticas a uno de sus instrumentistas, Miguel Núñez; un álbum en inglés de standards norteamericanos; otro de salsa, travesía inédita en su discografía; y un trabajo a dúo con Haydée, su hija, materializado en Amor, donde reviven las mejores composiciones del cantautor. "Tengo la duda de que la gente piense que le estoy inculcando a Haydée que cante canciones mías. Y ha sido una resolución absolutamente de ella, una iniciativa que no he podido frenar".
¿No le gustan los homenajes?
No, no soy muy dado a los homenajes. Por todo lo que trae detrás, la organización, la colaboración en esto y en lo otro, y soy un poco vago para eso. Al contrario de para trabajar, que soy muy trabajador, para ese tipo de cosas soy muy vago. Realmente los rehúyo.
Pero usted recibió el homenaje más grande para un artista hispanohablante: el Grammy Latino a la Excelencia en 2015, en Las Vegas.
Fue una lucha tener que ir ahí. Yo no quería ir, soy consecuente con lo que te estoy diciendo. Sin embargo, hubo dos cosas que me convencieron: la amabilidad de los organizadores, aunque yo no esté de acuerdo con esos festivales. Y luego, los compañeros artistas que iban conmigo a ese premio no merecían que yo lo rechazara, porque de alguna manera los estaba rechazando a ellos también.
Su hija está preparando una segunda parte de Amor con artistas como Julieta Venegas, Lila Downs y Fito Páez. ¿Le gusta la música actual? ¿Ha escuchado reggaetón?
No, no me gusta. No sólo por el ritmo, que es muy aburrido; es como una letanía. Esa es la palabra exacta que puedo encontrar. Una letanía que no cambia. Desde lo musical y popular, las canciones deben ser más variadas, debe variar el ritmo, la melodía. Los textos deben ser delicados. No puedes ser grosero al cantar, pensando que las canciones educan, forman un gusto en el sentido popular. El reggaetón carece de todo eso: de gusto, de melodía y de canto también, es una letanía que es insoportable. Las compañías lo han explotado, han formado un público en el mal gusto, una juventud que está cuestionada en estos momentos por mucha gente que sabe lo que es buena música. Y es una lástima que esté pasando eso en el mundo, por el reggaetón y las compañías transnacionales que lo están respaldando en el mundo entero.
Su álbum Renacimiento tiene un tono nostálgico. En Canto a La Habana dice que hoy la ciudad está "mustia y marchita". En Dulces recuerdos parece añorar a la antigua izquierda.
En Dulces recuerdos hablo del Partido Comunista en España como una metáfora a lo que pueden ser los partidos comunistas del mundo. Esa canción tiene el recuerdo y la tristeza de lo que fue y ya no es. Las nostalgias pueden ser tristes y alegres.
Pero en la memoria del músico también hay espacio para la penumbra. Entre 1965 y 1967, debió interrumpir su ascendente carrera artística para ingresar a las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), un campo de concentración donde fue sometido a trabajos forzados y a un rígido adoctrinamiento de parte del régimen de Fidel Castro. Logró escaparse y huir hacia La Habana, pero fue encarcelado por desacato.
"Siempre lo recuerdo, pero nadie lo refleja nunca. Hago muchas entrevistas en Cuba y cuando hablo de la UMAP es como si hablara del diablo, porque es una pena que se lleva dentro, no han podido corregirla ni pedir perdón tampoco por lo que hicieron. Y fue condenar a miles de muchachos jóvenes a campos de concentración simplemente porque pensaban libremente, ni siquiera porque pensaban lo contrario, sino porque eran librepensadores y tenían opiniones. Y no hablemos más de eso, porque fue un asunto muy muy oscuro de la historia de la Cuba revolucionaria: hubo campos de concentración. Fueron 50 mil jóvenes los que estuvieron en los campos de concentración, y entre ellos yo también".
¿Y por qué después siguió creyendo en la Revolución?
Porque yo soy revolucionario. Ellos no, yo sí.
¿Espera un perdón del gobierno cubano?
No. He dicho que pidan perdón, pero no lo han hecho.
¿Cómo vivió la muerte de Fidel Castro?
Creo que todo el mundo sintió la muerte de Fidel y yo también la sentí. Y no quiero hablar más de política.
¿Y fue a ver a los Rolling Stones en Cuba?
No fui a verlos porque mi salud no me permite transitar por un estadio de medio millón de personas y estar parado, pero mi esposa y mis hijos si fueron y me parece que fue maravilloso. Me contaron después. Y yo lo vi por la tele. Ellos son unos de los grandes grupos que se han impuesto en el mundo con calidad, con calidad y con calidad. Son extraordinarios.
jwl
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