UY Press - Agencia uruguaya de noticias

29.10.2009

Hoy no es un día más en Uruguay. Se cumple la sexta jornada democrática de elección de autoridades - presidente y legisladores - posdictadura. Sin duda que no es un día más.

¿Cuánto se juega en esta elección? Como trabajador puedo dar fe de que luego de cinco años de gobierno frenteamplista, hay un antes y un después en la vida de los trabajadores, cualquiera sea su preferencia política.

Los Consejos de Salarios (ámbitos tripartitos de negociación salarial) cambiaron la correlación de fuerzas con el capital, fueron el pie inicial para el crecimiento salarial y de afiliación a los sindicatos (se triplicó la afiliación desde el 1 de marzo del 2005 hasta hoy).

Hubo mejoras en la salud con el nuevo régimen (el Fonasa) y se logró la reducción de los índices de pobreza e indigencia. El Parlamento votó las leyes de negociación colectiva, la de protección a la actividad sindical, paralelamente a la reducción de la desocupación de 14% a 7%, la creación del hospital de ojos.

Además, el Plan Ceibal, que consistió en que cada niño escolar de todo el país recibiera una computadora con conexión a Internet. Fue una acción de gobierno que la población valoró en toda su dimensión revolucionaria y recogió elogios en muchos países del exterior. Sin duda a muchísima gente este gobierno frenteamplista le ayudó a mejorar su calidad de vida.

Igual, falta mucho por hacer: erradicar la pobreza y la indigencia, mejorar salarios -porque aún son bajos-, proyectar el Uruguay productivo hacia políticas que den confianza al inversor para generar empleo digno y genuino, respetar el medio ambiente y seguir profundizando los cambios que comenzaron y no culminaron.

Como trabajador voto al Frente Amplio. La otra opción que tiene posibilidades de competir por la Presidencia, me propone volver al pasado, a la década del 90, a la desregulación de la actividad laboral, a las tercerizaciones y a la retracción salarial entre otros males. Es volver al Uruguay gris, triste donde la opción era emigrar. Con este gobierno no tiraremos manteca al techo pero tenemos futuro. La educación, el empleo y la vivienda son proyectos que empezaron a revertirse a favor de los más necesitados.

Hoy no se elige entre dos candidatos o dos partidos; se elige entre dos proyectos de país. Uno que ya conocimos y otro que estamos construyendo.

Publicado en el Diario La Nación de Buenos Aires