DIEGO RIVERA
Unidad Panamericana de Diego Rivera, en viaje
13.06.2011
CIUDAD DE MÉXICO, 13 Jun (UYPRESS) - La obra del muralista mexicano será removida del City College de San Francisco.
El muralista Diego Rivera pintó a la vista de todos, el mural Unidad Panamericana en la ciudad de San Francisco, a donde había llegado tras divorciarse de Frida Kahlo. La obra formaba parte del proyecto Arte en Acción, organizado por la Exposición Internacional de Golden Gate, que buscaba mostrar a los artistas trabajando en su obra.
Tras la clausura de la feria, ese mismo año, 1940, la Segunda Guerra Mundial interrumpió los planes del mural de más de 25 toneladas que había sido pintado en diez paneles. La obra que unida mide 6.70 metros de alto por 22.25 metros de largo, fue embalada y almacenada, hasta que en el año 1961 fue instalada en el Teatro Diego Rivera del City College de San Francisco.
El fresco será trasladado a otro edificio, donde “se pueda ver todo el mural en proporción a su tamaño”, explica William Maynez, historiador de la obra y miembro del City College. Los trabajos comenzarán esta semana para diseñar el plan de desmontaje, movimiento y reinstalación en un nuevo lugar.
El equipo de trabajo estará integrado por Scout Atthowe, presidente del Atthowe Fine Arts Services, una compañía que se encarga de trasladar objetos de arte para todos los museos locales, la conservadora de arte Anne Rosenthal, que ha trabajado en la conservación de otros murales de Rivera en San Francisco y el ingeniero estructural Jim Guthrie, profesor de la California Polytechnic State University de San Luis Obispo.
El Proyecto del Mural de Diego Rivera va más allá de su cambio de sede. El nuevo edificio que albergará la obra también será pensado como un lugar para conservar los archivos que existen sobre el mural (fotografías, cartas, recuerdos) y contará con una galería. La intención será devolver al mural el realce público que tuvo en 1940, cuando miles de residentes de San Francisco se congregaron en Treasure Island para presenciar su inauguración formal.
“El mural que estoy pintando trata de la unión entre la expresión artística del Norte y la del Sur de este continente, y eso es todo. Considero que para lograr un arte americano, verdaderamente americano, será necesario esto, combinar el arte indígena, el mexicano y el esquimal, con un impulso creador similar al que produce máquinas”, explicó el propio Rivera en una entrevista sobre Unidad Panamericana.
Invitado por del arquitecto y organizador de la Exposición Timothy Pflueger, Rivera llegó a San Francisco para trabajar en el mural. Rivera trabajaba en el fresco en Treasure Island, cuando Frida Kahlo fue a buscarlo y se volviendose a casar el 8 de diciembre de 1940, el día del cumpleaños de Rivera.
Cuando la Exposición de San Francisco se clausuró en septiembre de 1940, el mural todavía no había sido terminado pero Rivera y su asistente principal, Emmy Lou Packard, continuaron trabajando durante dos meses después en el espacio vacío de la exhibición (un hangar de avión) usando sólo como medio de calefacción una plancha para hacer wafles. El mural se exhibió el 22 de diciembre de 1940.
La nueva sede del mural de Diego Rivera tiene prevista la creación de una escuela de muralismo. La idea, explica el historiador Maynez, fue prevista inicialmente por Guadalupe Rivera Marín, hija del muralista, “quien probablemente se integraría a nuestro Departamento de Arte”. Organizaciones como Precita Eyes, un grupo de artistas que han dedicado sus esfuerzos al estudio y promoción del mural en San Francisco, ya han trabajado proyectos en el campus del City College.
Tras la clausura de la feria, ese mismo año, 1940, la Segunda Guerra Mundial interrumpió los planes del mural de más de 25 toneladas que había sido pintado en diez paneles. La obra que unida mide 6.70 metros de alto por 22.25 metros de largo, fue embalada y almacenada, hasta que en el año 1961 fue instalada en el Teatro Diego Rivera del City College de San Francisco.
El fresco será trasladado a otro edificio, donde “se pueda ver todo el mural en proporción a su tamaño”, explica William Maynez, historiador de la obra y miembro del City College. Los trabajos comenzarán esta semana para diseñar el plan de desmontaje, movimiento y reinstalación en un nuevo lugar.
El equipo de trabajo estará integrado por Scout Atthowe, presidente del Atthowe Fine Arts Services, una compañía que se encarga de trasladar objetos de arte para todos los museos locales, la conservadora de arte Anne Rosenthal, que ha trabajado en la conservación de otros murales de Rivera en San Francisco y el ingeniero estructural Jim Guthrie, profesor de la California Polytechnic State University de San Luis Obispo.
El Proyecto del Mural de Diego Rivera va más allá de su cambio de sede. El nuevo edificio que albergará la obra también será pensado como un lugar para conservar los archivos que existen sobre el mural (fotografías, cartas, recuerdos) y contará con una galería. La intención será devolver al mural el realce público que tuvo en 1940, cuando miles de residentes de San Francisco se congregaron en Treasure Island para presenciar su inauguración formal.
“El mural que estoy pintando trata de la unión entre la expresión artística del Norte y la del Sur de este continente, y eso es todo. Considero que para lograr un arte americano, verdaderamente americano, será necesario esto, combinar el arte indígena, el mexicano y el esquimal, con un impulso creador similar al que produce máquinas”, explicó el propio Rivera en una entrevista sobre Unidad Panamericana.
Invitado por del arquitecto y organizador de la Exposición Timothy Pflueger, Rivera llegó a San Francisco para trabajar en el mural. Rivera trabajaba en el fresco en Treasure Island, cuando Frida Kahlo fue a buscarlo y se volviendose a casar el 8 de diciembre de 1940, el día del cumpleaños de Rivera.
Cuando la Exposición de San Francisco se clausuró en septiembre de 1940, el mural todavía no había sido terminado pero Rivera y su asistente principal, Emmy Lou Packard, continuaron trabajando durante dos meses después en el espacio vacío de la exhibición (un hangar de avión) usando sólo como medio de calefacción una plancha para hacer wafles. El mural se exhibió el 22 de diciembre de 1940.
La nueva sede del mural de Diego Rivera tiene prevista la creación de una escuela de muralismo. La idea, explica el historiador Maynez, fue prevista inicialmente por Guadalupe Rivera Marín, hija del muralista, “quien probablemente se integraría a nuestro Departamento de Arte”. Organizaciones como Precita Eyes, un grupo de artistas que han dedicado sus esfuerzos al estudio y promoción del mural en San Francisco, ya han trabajado proyectos en el campus del City College.
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias